El arte de Martín López (Primera parte)

Por Francisco X. López

A mitad de la década de los 90, en México surgía un ilustrador que se adelantaba a su época, construyendo un concepto en el cual mezclaba elementos de la cultura popular para crear imágenes poderosamente creativas y únicas.

Sus obras salieron del pequeño círculo de las ferias y convenciones de historietas para volverse parte del paisaje urbano, todos conocían su arte, pero pocos sabían quién era al artista. Antes del internet, de las redes sociales, de las páginas de financiamiento y de los portafolios online Martín López hacia realidad los sueños de los fans.

A partir de una inocente tarea escolar, en la cual reimaginaba la Batalla de Puebla, basada en las imágenes que conocía de la Guerra de Vietnam, Martín comenzó a amar su propio universo. Ignacio Zaragoza dejaba su caballo para conducir un poderoso tanque que disparaba a los invasores franceses en sus helicópteros Huey. Su visión del conflicto incluía onomatopeyas de miedo y dolor, así como diálogos bélicos. Una imagen completamente disruptiva.

Años después influenciado y motivado por la lectura de la revista MAD, comienza a trabajar y a enviar muestras con el objetivo de colaborar en la publicación. A pesar de ser rechazado en varias ocasiones, no se dio por vencido y su perseverancia fue tal, que el departamento legal de MAD se comunicó con el preguntándole sus motivos. Incluso el gran caricaturista Mort Drucker le escribió alentándolo a continuar sus esfuerzos y no darse por vencido.

Curiosamente su fama está ligada al nacimiento de La Mole, la convención de cómics y cultura pop. El arquitecto Ignacio Septién tenía la idea de organizar un evento en la Ciudad de México y le invitó participar. Martín propuso utilizar a Homero Simpson y fusionarlo con El Guapo Ben, la famosa Mole de Los Cuatro Fantásticos. El personaje resultante fue bautizado como El Molero y por muchos años fue el representante del evento.

Por más de una década las ilustraciones de Martín López decoraron las paredes de muchas habitaciones. Su estilo único, en el cual usaba principalmente a Los Simpson y a los personajes de Hanna-Barbera para transformarlos en delirantes versiones de superhéroes y personajes históricos tuvieron tanto éxito que generaron su propia piratería.

Martín estaba en la cima, pero las cosas no eran para siempre.

Continuará...