Sistema penitenciario sigue ineficaz y aún está bastante rezagado, advierten

Pablo de Antunano Ley Nacional Ejecucion Penal

Por Israel M. Campos Montes

Ciudad de México.- En México, 4 de cada 10 personas que están en las cárceles, es decir, el 39%, no tienen sentencia. Además, la mayor parte de las entidades carecen de programas que garanticen la reinserción social de los reclusos y presentan sobreocupación de 107% en sus centros penitenciarios, lo que evidencia que este sistema es ineficaz y se encuentra bastante rezagado a siete años de que se puso en marcha la Ley Nacional de Ejecución Pena (LNEP)l, señaló Pablo de Antuñano, sociólogo y consultor en políticas públicas.

“Una premisa en el análisis y evaluación de políticas públicas en general, es que para conocer el desarrollo de un país basta con echarle un ojo a las prisiones, el sistema penitenciario es dramático en México, con una LNEP y sanciones que no permiten avances sustantivos en el modelo de readaptación social y aunque se tienen pocos logros, aún falta un modelo que integre la visión de varios sectores”, señaló el experto en entrevista con Diario de México.

Manifestó que es gravísimo que 40% de reclusos no tengan sentencia y peor cuando esta es absolutoria, porque vas preso siendo inocente, “este tema tiene que ver con la prisión preventiva, por eso hay 5% más de presos al año y porque se amplió el catálogo de delitos, en lo que el 'obeso' Poder Judicial juzga y califica los requisitos procesales”, alertó.

POR UNA REFORMA JUDICIAL

Debido a ello, recalcó que urge una reforma al Poder Judicial, aunque expresó que no sabe si necesariamente debe pasar por la elección a través del voto popular de jueces y magistrados, pero lo que sí dijo tener claro, es que debe haber un cambio estructural e integral con juristas y constitucionalistas de gran calado ajenos a intereses comerciales.

“Hay un total de 285 penales, donde 127 tienen sobrepoblación, el hacinamiento trae violencia, más corrupción y defunciones, es un problema estructural que no se resuelve construyendo más cárceles, sino que requiere un plan de readaptación social, urge un programa de prevención del delito, porque de seguir así, se habilitará el Estadio Azteca para que sea una prisión, porque cada vez habrá más detenidos”, apostilló.

Fue así que comentó que no sólo es responsabilidad del gobierno, sino de otras instituciones del Estado, toda vez que falta desarrollo de metodología que vaya más allá de la visión gubernamental.

UNA LIBERTAD VULNERABLE

De Antuñano mencionó que junto con la Ley de Amnistía y la LNEP, 167 personas han salido de las penitenciarías en condiciones de vulnerabilidad y discriminación, por lo que refirió que el problema de la liberación anticipada no supera al modelo de ir a firmar cada 8 días para darle soporte a tu sentencia de libertad.

“Las 14 cárceles federales y las 258 estatales que alojan a casi 233 mil internos en edad productiva, es decir, jóvenes presos por delitos patrimoniales, no encuentran un modelo de readaptación social, sino una 'universidad del crimen', donde estos aprenden nuevas mañas, se incorporan a la delincuencia organizada, donde el 60% son víctimas de corrupción y extorsión, donde se paga por todo, por no lavar, por no pasar lista, para que no que no te peguen. Así no puede haber readaptación por las condiciones tan agravantes y de violación a sus derechos humanos”, advirtió el también presidente del partido Redes Sociales Progresistas (RSP) en la Ciudad de México.

Indicó que una vez fuera, el 24% de internos reincide por la negligencia e incapacidad de las autoridades, por ello llamó a crear un modelo integral de readaptación que pase por el cumplimiento a la LNEP y que adicionalmente permita el concurso de otras instituciones.

PUNTOS DE UN MODELO INTEGRAL

Para el especialista, hay seis ejes que deben aplicarse, el primero, la promoción deportiva en los penales, por lo que pide vincularlo con la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme), la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y el Comité Olímpico Mexicano.

Como segundo punto, mencionó que debe haber un programa de educación formal ligado a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), a la Dirección General de Bachillerato (DGB), al Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) y a la Secretaría de Educación Pública (SEP), esto con el objetivo de que los reclusos aspiren a concluir su grado inmediato superior de estudios.

Tercer parámetro, un mecanismo de educación no formal, el cual se basaría con la ayuda de los organismos de la sociedad civil, al tiempo que enfatizó que se olvida que gracias a estas ONG se dio parte de la democratización del país.

Un cuarto elemento, dijo, es la capacitación del trabajo, que a la par de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), le den la oportunidad a quien tuvo una falla no grave, como el robo simple, que sean capacitados para extenderles una carta de recomendación que los respalde, dado que al estar privados de la libertad pierden la confianza de la sociedad.

Así, el quinto factor, según detalló De Atuñano, es la labor pastoral, dado que describió que el trabajo espiritual es vital para hacer las paces contigo mismo, en ese sentido, ve importante que las iglesias, varias, tengan acceso al libre credo de tener un programa de formación en las cárceles.

Un sexto componente que propone es la industria penitenciaria, la cual se conformaría de inversión mixta con gobierno e iniciativa privada para construir infraestructura en aras de lograr una cadena productiva que le permita al interno tener un salario, que no podrá gastar ahí, pero que se lo guardarían para cuando salga.

“BECAZOS” NO SON LA SOLUCIÓN

Lastimosamente en la actual Administración se cree que con “becazos” se solucionan los problemas del país, para todo se dan becas, y si bien son un aliciente importante, estas deben ir acompañadas de una estructura conceptual metodológica e indicadores de evaluación que cualitativamente permiten a la gente mejorar su calidad de vida, porque de lo contrario, como lo es ahora, se convierte en acciones de populismo y meramente de control electoral, lo cual que es rentable para ganar elecciones, pero al país no le sirve, remarcó De Antuñano.

“Hay candidatos que no conocen diferencias entre Estado y gobierno, entre régimen y sistema, el Estado es un pacto social, es un acuerdo entre individuos en un territorio determinado, por lo que debe haber normas de convivencias y leyes que ahí derivan, el gobierno es un elemento, pero el Estado son las empresas, ONG, iglesias, medios de comunicación, donde todos coexistimos, el objetivo es salvaguardar la integridad física y patrimonial de los integrantes, pero hoy en día no se cumple esto, la delincuencia manda, hay carreteras intransitables, toques de queda y es que no se comprende que esto no es un tema de policías y ladrones ni de tecnologías, dado que lo que se necesita es el involucramiento de todos”, demandó el sociólogo. 

De esta forma, criticó que el “segundo piso de la transformación” es dar más becas, pensamiento que calificó de clientelar y nada inteligente, por lo que insistió que se requiere readaptar a las personas presas, aunque admitió que este tema no es “taquillero electoralmente” y por eso ningún candidato lo retoma.

Tras ello, ejemplificó que los adultos mayores son la meta de votación con las pensiones, pero ahondó que ellos padecen el abandono y no tienen un tiempo de calidad, por lo que urgió a que el modelo de atención sea más allá de repartirles dinero y se generen puntos de encuentro para ellos, donde se sientan útiles y se deje de “dar dinero a lo tonto”.

“Vulgares mecanismos de control electoral que no conducen al desarrollo, puesto que no hay evidencia empírica que muestre que una beca reduzca o abata los problemas de un país, de esto no se habla ni se discute porque no es sexy electoralmente y a nadie le importa”, anotó De Antuñano.

PREVENCIÓN, ES LA APUESTA

Más allá de construir cárceles, De Antuñano pronunció que se necesita una inversión muy poderosa en los rubros de prevención, que se basaría en cinco ejes, el primero es prevención del embarazo adolescente, enfermedades de transmisión sexual y salud reproductiva, segundo, que haya escuela para padres, donde se dé la crianza libre de violencia para lograr la paz en comunidades abiertas y cerradas, toda vez que la familia vive en un régimen patriarcal donde no hay valores de igualdad de género. 

Como tercer peldaño, llama a una cruzada (que sería el más importante) en favor de la infancia, puesto que “somos campeones mundiales de todo lo malo, obesidad infantil, abuso sexual infantil, pornografía infantil, explotación infantil y de violencia intrafamiliar. Un país que no le apuesta a la infancia es un país sin factibilidad histórica”, marcó.

Un cuarto caso que precisó es el tema de juventud, porque al no tener apoyo a menores se tienen cárceles llenas de adolescentes y adultos jóvenes de entre 18 y 34 años, además, reprochó que las averiguaciones previas están atascadas por pesquisas anteriores.

Por último, habló de un programa de desarrollo económico, pero reiteró que las becas al campo no sirven para resolver problemas estructurales, dado que sólo ayudan a obtener votos, “por ello se requiere que se contraten agrónomos, acompañamiento técnico, tecnológico, tractores, fertilizantes e invernaderos, que los jóvenes regresen a amar al campo para producir lo nuestro y poder exportar, urge vocación productiva de todas las regiones de la nación, tenemos océanos, desiertos, playas, contamos con una ubicación geográfica que cualquiera quisiera”, concluyó.

IMCM