Comienza el juicio contra el fundador de FTX y él se declara no culpable

Nueva York.- El juicio contra el fundador de la plataforma de criptomonedas FTX, Sam Bankman-Fried, por los delitos de fraude y lavado de dinero, comenzó hoy en un tribunal federal en Manhattan, en una primera sesión que consistirá casi enteramente en la selección del jurado y en la que él se ha declarado no culpable, como se preveía.

Bankman-Fried, el prematuro genio de las finanzas que a sus 31 años ha conocido la gloria y luego la cárcel -donde podría pasar el resto de su vida si es declarado culpable de varios de los siete cargos- llegó a la sala con traje y corbata y con el pelo mucho más corto que el que siempre lucía, según los medios presentes en la sala.

El juez Lewis Kaplan le preguntó primero si se acogía a su derecho de no declarar, una decisión que le correspondía solo a él, y a continuación recordó a la defensa que todavía estaba a tiempo de presentar un acuerdo de culpabilidad, a lo que respondieron con la negativa.

En las horas previas a la sesión de hoy, los abogados de SBF introdujeron una demanda al juez en la que se oponen a la petición de la Fiscalía de llamar a testificar a clientes de FTX "para que expusieran si ellos entendían cabalmente cómo FTX utilizaba sus bienes" y si comprendían el papel de FTX "como custodio de sus bienes".

La defensa arguye que el jurado "debe evaluar (los hechos) desde la perspectiva objetiva de una persona razonable", dando a entender que los clientes afectados por la quiebra de FTX no lo son.

En el fondo, en esta cuestión se dirime un punto que los medios ya están señalando como capital en el desarrollo del juicio a SBF, y es el hecho de que el jurado va a tener que pronunciarse sobre el complejo mundo de las criptomonedas "del cual pueden no saber gran cosa", como escribe hoy el Wall Street Journal.

Según el diario, tanto la Fiscalía como la defensa van a tratar de utilizar esta supuesta ignorancia en su favor: la fiscalía tratará de limitar el juicio a los conceptos de mentiras y robo, sin entrar en tecnicismos; por el contrario, la defensa puede tratar de insistir precisamente en los aspectos más complejos para probar así que el jurado no puede condenar unos delitos que no entiende.