Olguita

Por Ricardo Ortiz Esquivel

Una de las funciones más importantes de un secretario de Gobernación es ser leal y respaldar al presidente en toda ocasión.

Salvaguardar la seguridad y política interna del país es en primer termino su trabajo, pero en las situaciones difíciles y donde se deba proteger al jefe, ahí debe estar a su lado el secretario de Gobernación. 

Un claro ejemplo de todas estas palabras se pueden ver en un solo nombre: Luís Echeverría Álvarez. 

El hombre más fiel y cercano a Gustavo Díaz Ordaz, ese que tuvo que decir a todo SI y nunca rajarse en las decisiones difíciles (como en el 68). Su premio a ser el perro más fiel fue llegar a la presidencia de México el 1 de diciembre de 1970.

La figura trascendental en la vieja casona de Bucareli debe ser una persona cercana al presidente o alguien que sea de su confianza. 

Andrés Manuel escogió a una mujer que no era su más intima amiga, pero que pudo ver en ella a una persona capacitada para llevar las riendas de la SEGOB.

El mismo presidente llegó a pensar que por haber sido una ministra, sería muy fácil poder manejar la política interna de México. El imaginó que ser ministro era lo mismo que saber de política o ser un conocedor de ella misma, pero creo que se equivocó con la afamada y prestigiada Olga Sánchez Cordero. 

Olguita(de cariño) es una persona capaz, inteligente y conocida en todo el circulo político federal. Su trayectoria es de reconocerse en el ámbito magisterial, pues fue ministra de la SCJN por 20 años (1995-2015), fue diputada, senadora y se pensionó con más de 200 mil pesos al mes (una pensión fifí). 

Desde que comenzó su trayectoria como secretaria de Gobernación, decidió donar su salario de 107 mil pesos mensuales a una casa hogar para niños discapacitados en Querétaro. 

Sánchez Cordero es una mujer fuerte, pero sus 72 años le han cobrado la factura de ser la segunda figura más importante en el gabinete presidencial, todo esto debido a las constantes desveladas, presiones y el tener que acudir a casi todas las “mañaneras”.

Según una investigación de Raymundo Riva Palacio, a principios de febrero de este año surgió el rumor que Cordero habría pedido su renuncia al presidente López Obrador en dos ocasiones, esto debido a la molestia en el campo profesional y la ausencia de poder real en la gobernación de México. El mismo presidente habría rechazado las renuncias, pues para dos meses de Gobierno y tener a un miembro fuera del gabinete, sería una mala imagen para el joven sexenio.

En mi opinión, aunque la secretaria sea una mujer conocedora de la política mexicana y tenga una trayectoria envidiable; no tiene el perfil y menos un “peso” político para ser la titular de Gobernación. Su forma de ser y su carácter no le ayudan al puesto. Está siguiendo una línea obradorista en donde no tiene la libertad de tomar una decisión propia, sino debe todo consultarlo con su jefe. En toda ocasión le guste o no, debe defender a Andrés Manuel, pues para eso está ahí. Todas estas cuestiones la han cansado, y cada vez que la veo dar declaraciones, me da la impresión que no quiere estar en donde está. 

¿Podremos ver la renuncia definitiva de Olga en algunos meses? 

Tengo la certeza que la secretaria no durará más de un año en su cargo, pues las presiones, las desveladas y el no contar con una libertad de toma de decisiones, la harán presentar su renuncia al presidente.

En lo personal, me hubiera gustado ver a Marcelo Ebrard en Gobernación y no en la SRE. Creo que era más allegado y tenía un perfil más fuerte para llevar la política interna del país. 

Las constantes acciones del presidente, las consultas, las construcciones de proyectos obradoristas, la problemática con la migración masiva a México y el mando militar en la Guardia Nacional, son esas espinas que lleva clavada Olga y que la están deteriorando cada día que pasa en SEGOB.

Ojalá pudiera ser inteligente ella misma y renunciar antes de que se ponga más fea la cosa dentro del Gobierno. Su imagen y legado se están manchando al seguir con el yugo del presidente. 

Le convendría disfrutar de su pensión fifí, casa lujosa en la Ciudad de México y ver al gabinete presidencial en las mañaneras desde su lujoso hogar.

Olguita está debilitada políticamente y moralmente, se  ve en su cara cuando aparece en los medios o en las conferencias de prensa. ¿Cuánto más podrá dirigir la política de México desde la vieja casona de Bucareli?

No se nos haga extraño en los próximos meses ver a un nuevo secretario de Gobernación; un nuevo títere que si aguante de verdad a AMLO.

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