A 32 años del sismo, vecinos claman ayuda del Gobierno

Por: Patricia Guillén

@patito1811

Hace 32 años del terremoto del 85, específicamente, el 19 de septiembre, luego de la devastación de la Ciudad de México producida por un sismo de 8.1 en la escala Richter, las autoridades le dijeron a la familia de Alfredo Villegas Ortega, quien era un pequeño de cuatro años de edad, que su hogar temporal sería un campamento ubicado en la calle de Colector 13 y Politécnico, en la colonia Vallejo, pero desde entonces toda su vida se ha quedado marcada en cuarto de cartón, láminas y materiales reciclados, porque jamás fueron ayudados a recuperar su hogar.


“El compromiso del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera era que antes de que terminara su administración ninguno de los campamentos de aquel sismo quedaría, y desgraciadamente ahora estamos cumpliendo 32 años de vivir aquí y ninguna autoridad, ni siquiera la delegación Gustavo A. Madero se ha aparecido desde hace más de 22 años”, aseguró Alfredo Villegas. 


Aquel niño vivía con su madre  junto con sus cinco hermanos en una vecindad, por su corta edad únicamente recuerda “que la tierra se movía” y nada más.

“Solamente veía que toda la gente se unía, se ayudaban unos a otros. Recuerdo que ya no nos dejaron entrar a la vecindad y nos quedamos en la calle, improvisaron unas casas de campaña para cubrirnos del frío, fue un momento complicado. Una calle adelante también hubo una vecindad que se derrumbó, nada más veía como lloraba la gente por sus familiares que habían muerto”.


Con nostalgia Villegas receurda “llegamos a una vivienda con techo de lámina, tenía que compartir los baños, los lavaderos. Comenzó haber unión, amistad, y hasta la fecha aún continua, pero conforme va pasando el tiempo a uno le va cayendo “el 20” y se percata que la vida no es tan fácil. Han pasado los años y seguimos viviendo aquí”.


Dicho campamento en donde han señalado que ahí se esconden delincuentes, “sabemos que en este lugar se da de todo, pero no todos somos iguales”, afirmó Villegas Ortega.


Para Alfredo su adolescencia no fue fácil, pues como habitante de dicho campamento era “visto como el piojoso, el pobre. En la universidad todo mundo se presenta cuando me tocó a mí y dije en dónde vivo todos se me quedaron viendo raro, la mayoría tenía casas buenas, pero eso me motivó y me hizo seguir adelante, ya que no importa la condición en donde uno viva sino la intención y las ganas de salir adelante”.


“En la secundaria también me tuve que agarrar a golpes por ofender, siempre nos hacía menos a mí y a otro compañero”, recordó. 


Un maestro un día le dijo a Alfredo, “algún día tendrás que tomar una decisión que la gente te dará la razón”, motivo por el cual decidió vender quesadillas para ganar dinero y pagar sus estudios. “Lo poco que ganaba lo guardaba, lo juntaba para pagarme una escuela privada y con esfuerzo y dedicación, aunque me quedara sin comer, gracias a eso lo logré y ahora soy licenciado”.


Desde el año 2013, de acuerdo con el oficio 018172, los habitantes solicitaron al jefe de Gobierno los volteara a ver y los ayudara. “Por medio de su persona y cargo que ostenta nos pueda apoyar para la gestión con las autoridades correspondientes para tener una vivienda digna”.


El año pasado que Miguel Ángel Mancera anunció que ya estaban terminándose las viviendas para eliminar los campamentos que aún quedaban del sismo del 85; sin embargo, los colonos dijeron que “siguen esperando”. “No perdemos la esperanza de que las autoridades nos ayuden. Necesitamos que vengan, que lleven a cabo un censo y vean quiénes sí somos los damnificados del 85 y que hasta hoy seguimos pasando frío”.


“Los reto a que vengan las autoridades. Hay un poco de esperanza, no como al principio pero creemos que podemos salir adelante. Afortunadamente entre los vecinos hay unidad y hasta hoy día hemos logrado que la llama no se apague y quede la esperanza de tener una vivienda digna. Ojalá el jefe de Gobierno y el delegado Víctor Hugo Lobo nos escucharan a viva voz, hay mucha gente que ya falleció con la esperanza de su casa, queremos que vean nuestro sufrimiento”, dijo.


Las casas del Campamento Colector 13 ya necesitan láminas para los techos, dijeron vecinos, quienes enseñan los agujeros, que hay en los techos algunos de cartón, otros adaptados con materiales reciclados y otros tantos con lonas. 


Desde hace dos años, los habitantes han solicitado a la delegación Gustavo A. Madero realicen trabajos de desazolve en la zona, por lo que insistieron, a través de este medio de comunicación, a que acudan a ayudarlos, pues en temporada de lluvias se han visto afectados al grado que hasta las aguas negras y el propio excremento entren a sus casas de madera y cartón.