8 de cada 10 parejas se divorcian, la cifra asciende

Por: Hugo Hernández 

Soy María Gutiérrez. Tengo dos hijos, uno de 11 y una niña de 6 años. Ricardo me engañó. Ya lo sospechaba. Fue muy fácil descubrirlo. Un día decidí poner un teléfono abajo del asiento de su carro para grabar lo que podía pasar ahí, y pasó lo que me temía: su mejor, supuesta, amiga –yo la conocía-, fue con quien me engañó.

Así suena el relato de una de esas ocho de cada 10 parejas que se divorcian antes de la primera década en México, lo que representa un ascenso de 80% en comparación con los años cincuenta.

Pero la razón en 37% de mil 200 casos analizados, para divorciarse además del engaño, es que con la llegada de los hijos se descuida a la pareja, y dejan de ser buenos esposos y esposas, es decir, descuidan el negocio como se dice coloquialmente.

Para María Gutiérrez, habitante de la Ciudad de México, las cosas como mamá soltera no han sido fáciles. Antes de pasar un proceso traumático que afectó psicológicamente a sus hijos y a ella, también se tuvo que enfrentar a su ex marido para saber qué había ocurrido en su matrimonio de más de 15 años y a la ahora pareja de Ricardo.

“No entiendo qué pasó. No sé en qué momento perdimos la relación que teníamos. Yo trabajaba, pero vinieron los niños y me dediqué más a ellos, y Ricardo estuvo de acuerdo, pero fue en muy poco tiempo cuando comencé a notar un comportamiento diferente departe de él y decidí poner el teléfono en su carro. Escuché todo. Fue muy fuerte para mí”.

En  la Ciudad de México, el número de matrimonios que terminan su relación es de 8 parejas por cada 10 que se casan, por lo que la situación se ha ido modificando en contra de dicho compromiso institucional desde hace por lo menos cinco años, según cifras del Registro Civil de la Ciudad de México.

Es decir, mientras que en 2012 se divorciaron 2 mil 995 parejas, el año pasado 3 mil 232 novios dejaron de ser marido y mujer, lo que se manifestó en un incremento de casi 8 por ciento en esos cinco años.

De acuerdo a Saverio Friselli, director de Club Med y especialista en el tema, paradójicamente el compartir  momentos felices refuerza el romance, armonía y pasión en el matrimonio y podría revertir la actual tendencia de “más divorciosmenos matrimonios” en el país.

Un estudio de Club Med de México en el que se analizan las principales tendencias sociales, descubrió que entre los mexicanos está muy arraigada la idea de que al ser padres cesa la vida sexual y acaba el romance. “Los padres asumen roles de proveedores, educadores y cuidadores pero se olvidan de ser amantes. De ahí que el 60% de los matrimonios terminen antes del quinto aniversario de bodas”, comenta el especialista.

Para 2013, 2 mil 997 parejas se divorciaron; en 2014, la cifra pasó a 3001 parejas separadas; en 2015 el número dedivorcios se disparó hasta 3 mil 66; y el año pasado llegó 3 mil 232 matrimonios deshechos en la Ciudad de México. Hasta abril del 2017, el número de separaciones llegó a más de mil, lo cual representa una cifra alarmante para la autoridad.

Antonio Padierna Luna, director General del Registro Civil del Gobierno capitalino, reveló que del total de divorcioscontabilizados el año pasado, 3 mil 114 corresponden a parejas hombre-mujer; 51 hombre-hombre; y 67 ocurrieron entre mujeres durante el 2016, para sumar 3 mil 232 separaciones.

Un buen padre no siempre es buen amante

En los países europeos y culturas anglosajonas es más común asumir que es posible ser padres y amantes al mismo tiempo, pero en México y países latinoamericanos no se logra aún generar este concepto que implica una vida familiar, no sólo conyugal, más feliz y plena, por lo que no siempre un buen padre es necesariamente un buen amante.

“Ahora estoy peleando la pensión. Afortunadamente el abogado pudo solucionar todo y ya le está llegando su dinero a mis hijos, pero no es suficiente. Van a escuelas particulares y tengo que trabajar también, aunque me quedan las ganas de hacerle la vida imposible a los dos. Me engañaron”, narra furiosa María Gutiérrez.

Al analizar las entrevistas de personas que rompieron su vínculo matrimonial, se encontró que tienen tres problemas consistentes: dificultad para cambiar de roles, rutina y asumir que el esposo(a) es alguien seguro, fiel e inmutable.

“Según los especialistas, hacer la transición de padres a amantes debe empezar por la forma en la que nos referimos a nuestra pareja. Es conveniente llamarla por su nombre o con un apodo cariño y evitar llamarlo papi o mami”, comenta el directivo de Club Med.

La rutina, por otra parte, “puede convertir a una pareja en socios que trabajan y perder momentos excitantes o sorprendentes, o en el caso contrario cuando la falta de dinero genera un ambiente tenso y desesperante”, dice Friselli.

Otro consejo recurrente de los terapistas de pareja es que no den por sentado que por ser el esposo o la esposa no requiere muestras de cariño y consideración. “Pasar por alto las muestras de amor es un error común”.

Pero la situación es más delicada cuando revisamos la cifra de matrimonios en la Ciudad de México. Cuando hace cuatro años 35 mil 520 parejas contraían nupcias, en 2016 32 mil 413 parejas se casaron, lo que representó un descenso de más del 10 por ciento en ese periodo.

Un consejo generalizado es que la pareja busque un momento para estar solos, pero “la preocupación por los hijos, sobre todo cuando son muy pequeños, rebasa la relación, por lo que conviene optar por lugares de esparcimiento familiares donde sea factible que la pareja se relaje y divierta pero simultáneamente lo hagan sus hijos en ambientes seguros y agradables”, dice el directivo.

Finalmente Friselli comenta que el compartir momentos felices, incrementa la afinidad, realidad y comunicación en la pareja y familia.

“No puedo creer que ya no esté con la persona que me casé y con la que decidí formar una familia”, puntualiza María Gutiérrez.