Por Alí Cortés
Ciudad de México.- El tiempo sigue su marcha y el Boeing 787-8 "José María Morelos y Pavón" no se vende. Hay seis interesados, pero hasta el momento, ninguna oferta concreta por la aeronave que valuó la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos en 150 millones de dólares.
El avión presidencial por el que México se comprometió a pagar 5 mil 213 millones 502 mil 866 pesos llegó el pasado 3 de diciembre de 2018 al aeropuerto de Logística del Sur de California, en Victorville, San Bernardino. Y ahí sigue.
El presidente Andrés Manuel López Obrador confiaba deshacerse en la tercera semana de julio del avión que no tenía ni Obama. El dinero que se obtenga por la venta de la aeronave con recámaras, baño, cocina, sala de juntas y capacidad para 80 pasajeros, dijo el jefe del Ejecutivo, se destinará al Plan Integral de Desarrollo para Centroamérica.
Sin embargo, en el discurso del mandatario durante sus “mañaneras” no se ha hecho referencia a la deuda que aún se tiene por el Boeing 787-8. En noviembre de 2012 el Banco Nacional de Obras y Servicios (Banobras) concretó la compra de la aeronave.
COMPRANDO CARO
“El costo total del avión, incluyendo ingeniería, instalación de sistemas, adecuaciones de estructura, equipamiento de cabina, certificaciones y un paquete de refacciones, fue de 218.7 millones de dólares, que se pagaron a 13.5 pesos por dólar, dado que también se adquirió una cobertura del tipo de cambio. Esto significa que el costo real, pagado en pesos por la totalidad de la aeronave con su equipamiento, fue de 2,952.4 millones de pesos”, se lee en el comunicado emitido por Presidencia con fecha de 14 de enero de 2016.
A esta cantidad, se agregó un contrato de arrendamiento financiero con el gobierno federal a 15 años, con lo que al final de este periodo el equipo pasará a formar parte de los activos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
De acuerdo con el Ramo 07 del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2019, hasta diciembre de 2018 –final de la gestión de Enrique Peña Nieto– se cubrió la cantidad de mil 622 millones 19 mil 956 pesos.
En el marco de pagos se establece el “Calendario de Inversión de Cartera”, que contempla cantidades no referidas por AMLO. En este año se deben de cubrir 433 millones 032 mil 846 pesos; para 2020 el gobierno federal debe desembolsar 431 millones 395 mil 266 pesos; en 2021 se tiene una exigencia de 429 millones 659 mil 532 pesos; mientras que para el periodo de 2022 en adelante, la cobertura deberá de ser de 2 mil 297 millones 395 mil 264 pesos.
En caso de concretar la venta del Boeing 787-8 en 150 millones de dólares y con un tipo de cambio de 19.05 pesos por dólar hasta el 31 de julio, se obtendrían dos mil millones 857 mil pesos, que sumados a los mil 622 millones 19 mil 956 pesos pagados, se cubrirían 4 mil 479 millones 519 mil, 956 pesos, pero aún se adeudarían 733 millones 982 mil 911 pesos.
DINERO DE AVIÓN A PLAN… ¿Y LOS PAGOS QUE FALTAN?
Pese a que el presidente López Obrador afirma que con la venta del avión tendrá liquidez para uno de sus proyectos emblema de la 4T, la realidad es otra y es que el pasado 9 de abril ante la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, advirtió la falacia del negocio llamado avión presidencial.
Jiménez Espriú precisó que “de la venta del leasing no vamos a recuperar dinero, vamos a dejar de pagar lo que faltaba por los años siguientes”.
Esta postura coincidió con la del director de Banobras, Jorge Mendoza Sánchez, aunque éste sí mostró cierto optimismo.
“Ese avión lo compró Banobras, y se lo arrendó al gobierno federal. Estamos asegurando que al menos se pueda liquidar el arrendamiento de 2 mil 100 millones de pesos de saldo y cualquier remanente adicional, que seguramente va a haber, se estará depositando en la Tesorería de la Federación".
Lo cierto es que López obrador está ofertado un avión que aún no se termina de pagar; está prometiendo que el dinero obtenido de la venta se destinará al proyecto a favor de migrantes; pero… dos integrantes de su gabinete refutan sus ofrecimientos. Al final, parece que será un negocio negativo para las arcas de la 4T.
