Capital Mexicana, la nueva Ciudad Santuario

Por: Diego Ríos

@diegorioz

Lety se truena los dedos con nerviosismo, hoy es jueves y va cobrar lo generado durante la semana pasada en un club nocturno ubicado en Zona Rosa donde baila y acompaña en sus mesas a hombres que cada tarde y noche llegan para degustar unas copas, algunos platillos y de paso presenciar la danza de bellas mujeres, ya sea en el tubo o los listones, la mayoría de ellas de origen centroamericano.

Saca su iPhone 7S, y es inevitable presenciar el arte de sus uñas de acrílico que adornan sus blancas manos mientras ingresa a su cuenta de banco, por un momento sus ojos se llenan de un brillo especial, y con un fuerte grito exclama “gracias diosito” al ver su depósito a través de la pantalla.

“Lo que tú no sabes es que con cada semana que pasa se acerca más el momento de irme a Las Vegas, allá me espera la hermana de mi mamá. Se llama Lucía y trabaja limpiando habitaciones en un hotel, ella me ha conseguido que una pareja de americanos que me ayude a pasar la frontera, yo quiero ser bailarina en la Ciudad del Pecado”, expresó emocionada.

Originaria de Miranda, Venezuela y con 22 años de edad, llegó a mediados de junio del presente año a la Ciudad de México en un vuelo comercial que su novio le pagó con tal de conocerla en persona.

“A Pepé lo conocí por Facebook, un día me llegó su solicitud de amistad, empezamos a platicar a diario y pronto llegué a quererlo, él era muy lindo conmigo, yo le contaba de cómo está la situación en mi país y un día me dijo vente, te quiero conocer y si tú quieres te puedes quedar conmigo”.

En contraste con el resto del país, en la Ciudad de México, los migrantes tienen acceso a albergues, a contacto con sus consulados, a apoyos económicos para iniciar un negocio y a regularizar su situación migratoria. Tan sólo en 2016, 420 extranjeros se legalizaron.

Su novio fue el medio por el cual Lety entró a trabajar en la Zona Rosa bailando al tercer día que llegó, él es stripper en un club nocturno para mujeres en Insurgentes.

Lety le pagará 30 mil dólares a la pareja que la ayudará a cruzar hacia Estados Unidos, ella está confiada en que llegará a Nevada “me haré pasar como la esposa del americano ese, entraremos en auto por Texas. Hay de dos, una que sea como cualquier acompañante que no le presta atención al oficial a la hora de cruzar y otra que me haga la dormida, eso se decidirá en el momento y para las dos cosas estoy preparada”.

Su contraparte es Alexander, quien nació en Guatajiagua, uno de los cinco municipios con “pobreza extrema severa” según el Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local de El Salvador. A sus 19 años abandonó su oficio de panadero, vendió su televisión, se compró unas botas y se despidió de su mamá prometiéndole volver un día de estos. De esa promesa a la fecha han pasado tres meses y ésta tarde el joven se ha bajado del tren que lo llevaba hacia el puerto de Veracruz justo en un punto que la velocidad de la locomotora descendió drásticamente para cruzar la Avenida 602, en los límites de la delegación Gustavo A. Madero con el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México.

Desconfiado y siempre alerta comenta que es la primera vez que llega hasta la Ciudad de México; hace dos meses personal del Instituto Nacional de Migración lo habían bajado de un camión que había salido de Chiapas con destino a la ciudad de Puebla, y al pasar por Tuxtla Gutiérrez llamó la atención del oficial de migración.

“Venía sentado hasta adelante, para mí era muy normal, pero ahora que lo he estado pensando aparte de mí bajaron a otro chavo, él era de Honduras y algo me dice que los mismos que venden los boletos al verte de otro país te acomodan hasta enfrente para que los agentes migratorios vayan directo por uno”.

 Alexander lo volvió a intentar, esta vez guiado por un guatemalteco que conoció en el punto de detención al que sería llevado una vez que no supo decirle al agente migratorio a dónde iba y por qué razón estaba en Chiapas.

En este sentido, la Ciudad de México tiene una ventaja para los migrantes ya que, mientras a nivel nacional la migración y la permanencia de extranjeros sin documentos es ilegal, en la capital la Ley de Interculturalidad, Atención a Migrantes y Movilidad Humana reconoce el derecho de libre tránsito, por lo que no existe ningún tipo de persecución legal.

El Instituto Nacional de Migración indica que en promedio, cada año ingresan a la Ciudad de México 6 millones 635 mil 186 personas procedentes de otros estados y países. Estas cifras incluyen tanto a quienes están de paso como a los que se quedan a vivir en el país.

“Ese camarada se sabía varias mañas, nos venimos entre los cerros, por senderos que otros han hecho con el paso del tiempo hasta que aparecieron unos tipos todos drogados, nos corretearon, yo me caí, él logro escapar pero a mí me llenaron de patadas por todo el cuerpo y la cabeza hasta que deje de sentir los golpes, de rato desperté, se habían ido y me robaron mis botas”.

Alexander se quedó un par de semanas en Chiapas, como pudo consiguió que comer y donde dormir, en una ocasión se encontró con una brigada de voluntarios y al verlo sin zapatos uno de ellos le regaló sus tenis “ese muchacho debe ser un ángel, me dijo que me cuidara y que me regalaba sus tenis con la esperanza de que con ellos llegara hasta el otro lado”.

Durante el 2016 el Instituto Nacional de Migración regreso a sus países de origen al 94% de los centroamericanos que fueron presentados ante las autoridades, siendo los guatemaltecos, hondureños y salvadoreños las principales nacionalidades.