Comunidad LGBT migra a la CDMX por discriminación y maltrato

Existe una migración muy importante tanto nacional como internacional de la población lésbico-gay hacia la Ciudad de México, porque en sus lugares de origen son víctimas de discriminación, maltrato físico y verbal, así como odio y desprecio por su preferencia sexual, afirmó la vicepresidenta de la Comisión de la Diversidad de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Rebeca Peralta León.

La capital del país representa un polo de atracción para la migración de jóvenes, cuyas edades oscilan entre los 25 y 34 años, que integran la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Travesti, Transexual, Transgénero e Intersexual (LGBTTTI), debido a las reformas legales que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción, además de la oferta cultural, de salud, educación, trabajo y seguridad que ofrece la ciudad.

Una encuesta aplicada por la Fundación Arcoíris por el Respeto a la Diversidad Sexual A.C., a una muestra de 100 personas migrantes de la comunidad lésbico-gay, revela que la delegación Cuauhtémoc concentra el mayor número de personas migrantes LGBTTTI, seguido de las delegaciones Benito Juárez, Coyoacán e Iztapalapa.

La legisladora comentó que el 93 por ciento de los migrantes son originarios de 24 estados de Aguascalientes, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Colima, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Monterrey, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán.

De acuerdo con la encuesta se observa que 42.5 por ciento están entre los 25 y los 34 años de edad; 24 por ciento, entre los 35 y los 44 años de edad; 14.2 por ciento entre los 19 y 24 años; 13.2 por ciento, entre 45 y 54 años; y el 3.8 por ciento tenían más de 55 años.

La Encuesta Nacional de Discriminación en México, aplicada en 2010 por el Consejo Nacional para Prevenir y Eliminar la Discriminación, revela que cuatro de cada 10 mexicanos no estarían dispuestos a que en su casa vivieran homosexuales, aunque de manera particular en estados de la zona del Bajío, más del 50 por ciento de las persona señalaron que o podrían convivir bajo el mismo techo con una persona homosexual.