De plagio, muerte y Macondo

Por Gerson Gómez Salas

“Plagio, Una novela”, de Héctor Aguilar Camín   
El lunes anunciaron que se había ganado un premio literario. El martes lo acusaron de haberse plagiado unos artículos periodísticos. El jueves lo acusaron de haberse plagiado también el tema de la novela premiada. El lunes siguiente setenta y nueve escritores firmaron una carta exigiendo que devolviera el premio y que renunciara a su puesto en la universidad, un pequeño imperio. El miércoles renunció al premio y al puesto. El mismo miércoles supo que su mujer tenía tratos con el instigador de la campaña en su contra. El lunes de la siguiente semana le llevaron la grabación de una llamada entre su mujer y su rival. El jueves su rival amaneció acuchillado. El viernes lo visitó la policía. Todo esto requiere una explicación.

La explicación es esta novela: un juego de espejos sobre el plagio, la admiración, la envidia, los celos, el azar, la muerte. Y la policía.

“Muerte en el jardín de la luna”, de Martín Solares  
Para horror de los integrantes de la Brigada Nocturna, el mejor amigo y protector de Pierre Le Noir es asesinado con la misma técnica que empleaba Jack el Destripador. Cuando Scotland Yard confirma que dicho asesino se encuentra en Francia y que su siguiente objetivo será Pierre Le Noir, el joven agente debe salir de París mientras sus colegas controlan la situación. Al tiempo que huye por su vida y aprende a dominar los poderes que le confiere el talismán heredado por su abuela, Le Noir vive una serie de episodios fantásticos cada vez más extraños, que lo llevan de un hospital donde se curan las enfermedades sobrenaturales a un encuentro con Robert Desnos, el profeta del surrealismo, y de ahí a una isla misteriosa en el sur de Francia, donde el monstruo que inspiró El conde de Montecristo podría ayudarlo a salir de sus problemas, o acabar con él en siete mordidas.

“Despachos del fin del mundo”, de Alberto Fuguet
En este libro de carácter híbrido, Alberto Fuguet aborda personalmente, pero de muy diversas formas, un año histórico que se inaugura con un eclipse total, sigue con una primavera prometedora que de pronto da paso a un gran estallido social y que se extiende hasta un verano tenso y tórrido que desemboca en una pandemia de proporciones impensadas. Cuentos, entradas de diario, apuntes de lectura, diálogos, reflexiones, crónicas pop, citas y hasta recetas de cocina. “Esto no es periodismo ni crónica, aunque viene en parte de ahí, tampoco es ficción pura, no es una novela, aunque a veces creo que sí lo es, se puede ver como un trailer de lo que acaba de pasar”, se lee al comienzo.

Los tiempos raros y agitados en lo íntimo, social y político no son fáciles de narrar. Aun así, Fuguet se arriesga y crea una épica del colapso. Su meta fue atrevida: registrar emociones, ambientes, temores, personajes, fiestas, angustias, risas y deseos que nacieron entre 2019 y 2020. También imaginar el futuro. Todo eso, y más, da forma a este álbum urgente que se hace cargo de lo que el poeta Frank O’Hara escribiera un día y que va de epígrafe en estos Despachos del fin del mundo: “En tiempos de crisis, todos debemos decidir una y otra vez a quien amamos”.

“Camino a Macondo”, de Gabriel García Márquez
García Márquez sostuvo en diversas oportunidades que para escribir un libro primero había que aprender a escribirlo y, solo entonces, enfrentarse a la máquina de escribir. A él le tomó casi veinte años “vivir” en Macondo, para aprender a escribir ese portento de la literatura de todos los tiempos que es Cien años de soledad. Esta antología, realizada con el ánimo de rastrear la andadura del escritor, compila todos los textos publicados en los que ese universo mítico fue tomando forma. Desde sus apuntes para una novela de 1950 y primeros relatos, hasta La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba y La mala hora en 1966, en lo que supone la efervescente antesala a la creación de Cien años de soledad.
Bienvenido, lector, a este Camino a Macondo.