El cocodrilo, los leones y la libertad

Por Francisco X. López

El último alemán prisionero en suelo ruso murió el 23 de mayo, era conocido como Saturno y fue enviado a Moscú como un extraño regalo del ejercito británico después de la toma de Berlín en 1945.

Saturno era un cocodrilo del Mississippi, que de acuerdo a una leyenda urbana, fue mascota del propio Adolf Hitler. cuando los ejércitos aliados bombardearon la capital alemana, destruyeron el zoológico de la ciudad en 1943, causando no sólo la muerte de 16 mil animales, también dieron la oportunidad de que algunos escaparan y vivieran en las calles. En 1946 llegó al zoo de Moscú donde vivió 44 años y sobrevivió a algunos accidentes. En 1990 fue trasladado a un nuevo acuario, donde murió a la edad de 84 años.

Curiosamente poco se conocía de este ejemplar, aunque su historia precedió a otro caso mucho más mediático y que fue adaptado en una nóvela gráfica por Brian K. Vaughn y Nico Henrichson.

En 2003, en una cruenta batalla en la capital de Irak, los guardianes del zoológico se mantuvieron cuidando a los animales hasta donde sus recursos y el combate se los permitieron. Durante los bombardeos, el derrumbe de algunos muros permitió que una manada de leones escapara y deambulará hasta que fueron acribillados por soldados norteamericanos.

Un hecho que usualmente no pasa de las notas curiosas en los noticieros, sirvió de base para crear una alegoría de la libertad y los horrores de la guerra. Una familia que ha vivido en un entorno cerrado y controlado debe enfrentarse, súbitamente y sin preparación, no sólo a la libertad, algo conocido para ellos, sino también a un mundo violento que no entienden en absoluto y en el cual lo único posible es intentar sobrevivir.

La manada, Pride (orgullo) es la palabra usada en el idoma inglés para nombrar a un grupo de leones, es casi una familia nuclear, una adulta mayor, un padre, una madre y un cachorro, los cuales tienen distintos puntos de vista debido a sus experiencias. Zill es el macho, apacible, pero que debe usar su fuerza e intentos para defender a los suyos; Safa es una leona que vivió en libertad y que ve con reservas todo lo concerniente a los humanos; Noor, una leona joven que anhela la libertad y Ali, un cachorro que sólo conoce el mundo exterior a través de los relatos de Zill.

Cuando el grupo ve su entorno destruido, no sólo deben lidiar con los problemas inmediatos, sino también con sus distintos puntos de vista, que los llevan a la discusión y hasta el conflicto.

La novela plantea varias preguntas para el lector ¿La libertad es otorgada o se obtiene a través de la determinación y el sacrificio? ¿Al final es mejor morir siendo libre, que vivir en cautiverio? ¿Qué era realmente el mundo en el cual vivían? ¿Quiénes eran las personas que los cuidaban y por qué los alimentaban?

Tales preguntas van mucho más allá de una simple interpretación de un hecho aislado, pero hacen que el lector se refleje en los protagonistas.

Pride Of Bagdad recibió el premio Harvey a la Mejor Novela Gráfica en 2007 y, desde entonces, se convirtió en un clásico instantáneo del noveno arte; se publicó en México por Editorial Televisa y se consigue fácilmente en cualquier librería o tienda departamental.