El diablo anda suelto

Por Francisco X. López

En 1994, Frank Miller (“The Dark Knight Returns”) y John Byrne (“The Man Of Steel”) fundaron LEGEND, una línea editorial con el objetivo de apoyar a los autores y sus propias creaciones. Se les unieron talentos del calibre de Geoff Darrow, Paul Chadwick, Mike Allred, Arthur Adams y Mike Mignola. Este último creó al personaje más trascendente de este extinto sello: Hellboy.

Mignola trabajo durante varios años en Marvel, pero su nombre comenzó a destacar hasta que se mudó a DC Comics. En 1988 empezó a ilustrar algunas historias de Batman y a mostrar cierta tendencia hacia lo paranormal y el misterio, con la clásica “Gotham By Gaslight” (recién adaptada en animación) y “Sanctum”. Casi al mismo tiempo Topps Comics le asignó la adaptación en cómic de “Drácula”, la película dirigida por Francis Ford Coppola. Para entonces estaba claro que lo suyo era dibujar monstruos e historias de terror.

Su estilo puede parecer minimalista, pero la abstracción que hace de los personajes y los escenarios requiere una ardua labor para reflejarse en un diseño de página donde no hay una sola línea que sobre. Su narrativa es pausada, reflexiva y austera.

A partir de una idea vaga sobre un equipo de superhéroes, Mignola refinó su personaje para hacerlo un demonio estereotipado, pero cuyo encanto reside en su personalidad y los retos que enfrenta sólo o junto a sus compañeros. Ante su falta de experiencia como guionista, pidió ayuda a John Byrne, quien introdujo al personaje en el número 21 de su serie “Next-Men” y después escribió la primera miniserie, “Semilla de Destrucción”, la cual tiene la peculiaridad de haber sido publicada en México por cuatro editoriales distintas (Toukan, Vid, Bruguera y Televisa).

Con un ritmo de apenas una miniserie al año, Hellboy se convirtió en un favorito del público, además de sentar bases para el esquema de publicación de los cómics independientes: Miniseries más numeros sueltos que después se publican en tomos y que van construyendo un universo complejo, demostrando que las historias cortas pero bien estructuradas también crean narrativas extensas.

Este formato es el que permitió a los cómics publicarse como novelas seriadas y alcanzar a nuevas audiencias. No sólo tenemos al demonio rojo, tambien a sus compañeros del Buró para la Investigación y Defensa de lo Paranormal, en cuyas historias, el autor ha integrado a la mayoría de las mitologías europeas.

Han pasado 11 años desde que Ron Perlman interpretó a Anung Un Rama en las dos películas dirigidas por Guillermo Del Toro y esta semana se estrena una nueva versión estelarizada por David Harbour, trabajo que ha quedado un tanto olvidado ante el dominio de las producciones de Marvel Studios y DC Films, pero que nos recuerda que los cómics en el cine son mucho más que super héroes y que los monstruos siempre tendrán un lugar especial en la imaginación de los seres humanos y que un demonio puede robarse el corazón de los fans.