El superhéroe que le llora al Morelia

Por Francisco Domínguez

Suenan canciones tristes y de despedida en Morelia, Michoacán. Se va su equipo. No hubo milagro esta vez para la afición que hoy le llora con el corazón en la mano a sus Monarcas, que dejan de pertenecerles para ser de Mazatlán. “Mejor hubiéramos descendido, duele menos”, dice entrecortada la voz de Juan Carlos Téllez, quien dio vida durante 15 años a Super Monarca, la mascota del equipo. “Se muere una parte de mi”.

De 2000 a 2015, Téllez se enfundó el traje de superhéroe para ser el animador oficial del Morelia. El adiós del club resultó ser su kriptonita. “Super Monarca tenía una sonrisa permanente, mientras yo adentro sufría por el equipo, como ahora”, comparte. “Me duele mucho ver a los aficionados. ¿Cómo le dices a los niños que ya no existe su equipo y ya no irán al estadio a verlo?”.

El gol agónico de Raúl Ruidíaz fue un milagro para que Morelia se salvara del descenso en 2017. Aunque aguantaron hasta el último minuto, entre marchas, conferencias y rumores en redes sociales, los seguidores michoacanos vieron cómo se extinguía la vida de su equipo.

“Esta plaza no merece esto. Duelen las formas. Sabes que son dueños del equipo y pueden hacer lo que quieran, pero hacerlo en una pandemia, con la desaparición del ascenso y cancelando el torneo, hasta creo que todo estaba orquestado”, externa. “¿Por qué no nos hablaron claro para buscar soluciones? A nivel mundial nos han volteado a ver. La Liga MX queda muy mal”.

En tiempos de cuarentena por el Covid-19, el hombre detrás del personaje considera que el futbol mexicano está infectado: “Los directivos de la federación. El fútbol está en manos de empresarios a los que no les gusta este deporte y sólo lo ven como una empresa. Ese es el virus más fuerte. Al aficionado no se le puede tratar así”.

La canción El Triste, interpretada por el fallecido José José, la eligió Téllez para despedirse del equipo de sus amores. Con ese desgarro cuenta anécdotas y páginas de la historia que compartió con Monarcas Morelia. “Cualquiera puede ponerse un traje por dinero, pero habemos quienes también lo hacemos por amor. A este equipo le juego gratis. Acá somos tradicionalistas. La pasión por un club es una herencia de los abuelos, padres y familia.

“Morelia es cine y futbol. Esto que vivimos es una película de terror en la que esperemos que el malo caiga y todo vuelva a la normalidad”. Super Monarca se recarga de energía y lanza un rayo de esperanza a una afición que considera noble, que sabe sufrir, pero que no se da por vencida. “Espero que haya empresarios que quieran traer una franquicia de primera. No se pierde la historia, porque los colores, los años, la mística es de nosotros. Compenso este dolor pensando en el mejor de los casos”.

Téllez saborea su dolor con las notas y compases de una canción. Pero no se abandona ni a él ni a su padre, también aficionado del Morelia. “Me duele por mi viejo. Tiene 74 años. Ya no sale regularmente a la calle y el único lugar que esperaba visitar cuando empezara el torneo era el estadio Morelos. Espero que mi padre no muera antes de volver a ver a su Morelia”, anhela y burla a la tristeza por un momento: “Este año ha sido para el olvido. Ya sólo falta que mi esposa me deje”, dice entre risas.”Ya quiero que se acabe”.

La sonriente mascota fue considerada la más ganadora del futbol mexicano, con los títulos de Liga (Invierno 2000), Copa (Apertura 2013), Supercopa (2013-2014) y del nombramiento que la Federación Internacional de Historia y Estadísticas de Futbol (IFFHS) hizo al equipo como el mejor club del mundo en 2002. Téllez espera quedarse con el traje que dejó en su retiro, en 2015, a quien fue su relevo. “La esencia de Super Monarca es propia. Quisiera rescatar a mi hijo, quedarme con el traje. Le tengo mucho cariño, es parte de mi pasión.

Álvaro Romero “El Mago”, Pedro Rodriguez “El Artista”, Marco Amaro Castro “El Semillas” y Doña Cholita forman parte de un grupo selecto de aficionados del Morelia, al que algún día espera pertenecer Juan Carlos Téllez y Super Monarca, héroe que animaba en la cancha y que ahora consuela a los suyos: “Les pido que estemos más juntos que nunca, que la vida no termina ahí. Es un duelo, tenemos que sufrirlo y volver a levantarnos, porque así es la afición, es la característica del purépecha, de nuestra raza. Es inevitable llorar, porque el corazón está hablando y hay que escucharlo”.

Super Monarca y Juan Carlos gritan el dolor de su gente, de una afición con 70 años de historia que le llora al que fue su equipo, al que no saben si vuelvan a verlo después.