Espada de Dos Manos: ¿Por qué hay que salir a las calles el 1 de diciembre?

Marcelo Fabián Monges/ Escritor y Periodista

 

Frente a la convocatoria para marchar el 1 de diciembre están los desinformados, los abúlicos, los inconformes, los comprometidos, los que no están acostumbrados a marchar, los que entienden que hay que hacer algo, los que van a hacer uso de su libertad de expresión, los que están muy preocupados porque el gobierno de López Obrador es un fracaso en todo lo que hace, menos en la versión de su propia realidad del presidente ganso.

Están los que, como el Padre Solalinde, dicen que no hay que cuestionar al gobierno, que es muy pronto y que un año no alcanza para señalarle sus errores. Según Solalinde, habría que esperar cinco años de errores para levantar la voz y decir algo. Aprecio al Padre Solalinde, el mismo que defendía a los migrantes que ahora ha olvidado, porque el que los persigue es el gobierno con el que él simpatiza. Alguien tendría que decirle al Padre Solalinde, de forma muy respetuosa, que la vileza del crimen no depende de quién la cometa.

Ante la convocatoria para marchar el 1 de diciembre, están por supuesto, los personeros y voceros del gobierno, que a coro gritan cada vez más fuerte ante cada marcha, ante cada crítica, frente a cada convocatoria, como si con eso fueran a tapar los errores del gobierno, que no pueden taparse ni con mentiras ni con descalificaciones.

Para todos ellos, para los que adhieren y para los que no, y sobre todo para los que estaremos allí, acá van algunas razones para salir a las calles el 1 de diciembre para decirle así NO a López Obrador.

  • Para defender la democracia, la República, la Libertad.
  • Para frenar la destrucción de las instituciones por parte de la 4a Transformación.
  • Para exigir que Rosario Piedra renuncie porque es una Ombudsperson a modo del gobierno.
  • Para frenar el embate del gobierno de López Obrador para colonizar al INE.
  • Porque si el INE pasa a ser un organismo a modo de Morena, es garantía de fraude seguro, con lo cual se acabó la democracia en México.
  • Para frenar los ataques del gobierno de López Obrador contra los organismos autónomos.
  • Porque la oposición real la tendremos que hacer los ciudadanos conscientes y comprometidos.
  • Porque la democracia se defiende en la calle.
  • Porque la austeridad de López Obrador es una mentira, hizo campaña en un tsuru, y hoy vive en un Palacio.
  • Porque hay que curar a esta sociedad de la indiferencia.
  • Porque una masacre como la cometida en contra de la familia LeBarón, o como muchas otras que suceden casi todos los días, no pueden ser tomadas como normal, ni pueden seguir sucediendo.
  • Porque si nadie lo cuestiona, López Obrador no tiene freno, ni respeto por la Ley, ni por la Constitución, ni por las instituciones.
  • Porque el país no va a crecer con planes clientelares para asegurar el voto a un partido político.
  • Porque la sociedad solo tendrá bienestar mediante la creación de trabajo, no de dádivas desde el gobierno.
  • Porque no queremos que se les enseñe a los niños a ser niños trans.
  • Por la crisis en el sistema de salud.
  • Por los niños con cáncer, abandonados por el gobierno de López Obrador.
  • Porque alguien que ha conseguido como resultado crecimiento cero, no puede presumir su libro sobre economía.
  • Porque López Obrador miente todos los días, desde sus conferencias mañaneras, y esto no es algo sano, ni que podamos aceptar como sociedad.
  • Porque el gobierno de López Obrador improvisa en todo lo que hace, y así no llegará a ningún resultado positivo, ni obtendrá ningún objetivo real.
  • Porque exigimos que se investiguen todos los contratos otorgados por contratación directa por este gobierno.
  • Porque no queremos una justicia selectiva.
  • Porque no queremos a jueces parientes de funcionarios del gobierno que liberen a delincuentes consumados como los de la Unión de Tepito.
  • Porque el gobierno de López Obrador no tiene ninguna estrategia real en materia de seguridad.
  • Porque el Estado no puede renunciar al monopolio del uso de la fuerza como lo hizo en Culiacán.
  • Porque no queremos que gobierne la delincuencia, como sucede en muchas regiones del país.
  • Porque no podemos tener un país donde se castigue solo el uno por ciento de los delitos.
  • Porque no aceptamos a un gobierno que defiende a los delincuentes y no a las personas que trabajan y que son decentes.
  • Porque López Obrador ya vendió como siete veces el avión presidencial para resolver distintos problemas, y en realidad no lo ha vendido ni una sola vez.
  • Porque la cancelación del aeropuerto de Texcoco solo responde al capricho presidencial, y a la necesidad de López Obrador de demostrar poder. Ejercido de una manera absurda, pero para él es más importante demostrar poder, que construir con sensatez.
  • Porque necesitamos un presidente que trabaje, no que pierda su tiempo dando clases de historias que no son, en conferencias de prensa mañaneras.
  • Porque las conferencias de prensa del presidente no pueden ser para atacar a la prensa, a los que lo cuestionan, para dar una falsa visión de la realidad con “otros datos”.
  • Porque las mentiras de López Obrador y su fracaso e improvisación generan angustia colectiva, y México merece ser y vivir en PAZ.
  • Porque no aceptamos los ataques a la prensa desde el púlpito presidencial.
  • Porque la estrategia de “abrazos y no balazos”, que en realidad es un discurso demagogo sin ninguna estrategia lleva ya 30 mil muertos en lo que va de este gobierno.
  • Porque México no puede seguir siendo un país de fosas, de decapitados, y un enorme cementerio, a expensas del crimen organizado.
  • Porque la intolerancia y denostación permanente no puede ser una forma de gobierno.
  • Porque López Obrador está haciendo todo lo contrario a lo que prometió en campaña.
  • Porque los llamados a la unidad no funcionan cuando el que te convoca está haciendo todo mal, e invoca la unidad para tapar sus errores, y seguir haciendo lo que quiere.
  • Porque el pueblo de México no es cueva de ladrones de elecciones ni dictadores.
  • Porque Evo Morales no puede usar un asilo humanitario para organizar el derrocamiento de un gobierno provisional, que ha tenido que asumir ante el robo de las elecciones, que cometió él mismo.
  • Porque no queremos que México se convierta en Venezuela.
  • Porque no queremos el modelo del socialismo del siglo XXI donde los únicos que están bien son los que gobiernan.
  • Porque los problemas no se arreglan con discursos.
  • Porque necesitamos un presidente que trabaje y resuelva los problemas, no que su mayor preocupación sea ser el centro de atención con sus conferencias mañaneras, aunque muchas veces no sepa ni qué decir.
  • Porque el sistema de salud se cae a pedazos.
  • Porque queremos gobernantes que gobiernen, no que se dediquen a limpiar el metro.
  • Porque los partidos políticos satélites de Morena no van a defender la democracia ni a ser la solución.
  • Porque la clase política sigue empleando la Ley del menor esfuerzo.
  • Porque la demagogia de López Obrador no resuelve ningún problema.
  • Porque los programas de López Obrador en los que dice que le entregará el dinero a la gente “directamente”, no son comprobables.
  • Porque las adjudicaciones directas, algo que predomina en este gobierno, también son corrupción.
  • Porque van a hacer un aeropuerto, el de Santa Lucía, sin tener ni siquiera planos ni proyecto.
  • Porque no es cierto que tienen un proyecto para hacer el Aeropuerto de Santa Lucía, si no vieron un cerro en el terreno.
  • Porque van a construir una refinería en un pantano.
  • Porque la mentira no puede ser una forma de gobierno.
  • Porque el descaro tampoco puede ser una forma de gobierno.
  • Porque la forma de tener la razón es con argumentos, no denostando a todos, como hace López Obrador.
  • Porque la crítica es parte de la democracia y al que no le guste, está confundido de sistema político.
  • Porque la Ley Bonilla es, como todos sabemos, el preludio de lo que vendrá, López Obrador inventando encuestas, o prolongación de mandato, para quedarse en el poder “hasta que lo quiera la gente”, como acostumbra a decir. No lo que marca la Ley.

En resumidas cuentas, hay que salir a marchar el 1 de diciembre, porque nos sobran los motivos, como diría Joaquín Sabina.

Cada uno tendrá sus razones. Pero lo cierto es que la tragicomedia barata que representa la 4a Transformación no puede tener desde lo moral, desde la inteligencia, desde la razón, desde el amor a esta sociedad, la indiferencia como respuesta.

 

La marcha de Javier Sicilia

La masacre a la familia LeBarón se inscribe entre una de las grandes tragedias nacionales. Aunque no lo quieran ver así. Aunque resulte más fácil y más cómodo para las autoridades decir que masacres hay todos los días, como dijo la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, cuando el 14 de octubre masacraron a 13 policías estatales en Michoacán. La motivación interna de Javier Sicilia para convocar a una nueva marcha, por la justicia y la paz, reside en la masacre de la familia LeBarón. Lo asombroso no es que Javier Sicilia a partir de esta masacre convoque a una marcha. Lo asombroso, y terrible, es que la sociedad mexicana toda, no haya salido a las calles, al día siguiente de la masacre de la Familia LeBarón, espontáneamente, brotada de indignación, para exigir justicia, y que estas atrocidades y actos de barbarie no sucedan nunca más. Pero eso no sucedió. Como no hubo ninguna indignación real por parte de los miembros del gobierno de la 4a Transformación, que pese al paso de los días, y las semanas, no le brindaron protección a la familia LeBarón, ni tenían resultados que pudieran mostrar.

Hay quienes piden que ante la marcha de Javier Sicilia sea el mismo López Obrador el que encabece la indignación. Esta actitud pusilánime frente al gobierno, de los que piden esto, no tendrá ninguna respuesta positiva en la realidad, simplemente porque a López Obrador no le interesan las víctimas. Una prueba se puede encontrar en sus propias palabras, cuando dijo que recibir a Javier Sicilia le da flojera. A López Obrador le interesa él, y nada más que él. Y después de eso, perpetuarse en el poder.

Pero las pruebas de que a López Obrador no le interesan las víctimas son muchas e incluyen el hecho de que las comisiones de búsqueda de personas desaparecidas estatales no tienen ni un solo peso de presupuesto. Así podemos seguir enumerando pruebas que demuestran que a López Obrador no le importan en realidad las personas desaparecidas. Aunque sí las usó para su campaña, armando foros para hacerle al cuento, donde no se escuchaban a los familiares de las víctimas.

Lo único malo de la convocatoria de la marcha de Javier Sicilia es que él sea un espécimen aislado, el único, que entre 120 millones de mexicanos convoca a una marcha, pidiendo PAZ Y JUSTICIA, cuando el gobierno de López Obrador tiene el periodo más violento de la historia de México desde que hay registro, a pesar de dejarle el terreno libre a la delincuencia, o sobre todo como resultado de esto.

Javier Sicilia debería multiplicarse en cada mexicano, debería ser un ejemplo no solo de compromiso, sino también por su manera de sentir la indignación, frente a la injusticia y a la barbarie.

La masacre de la familia LeBarón sucedió el día 4 de noviembre en el estado Chihuahua. En esos hechos de barbarie mataron a 12 integrantes de la familia, 3 mujeres y 9 niños. Cualquier otro país hubiera ardido de indignación. México no. En México no pasa nada. Pero no pasa nada con el sistema judicial, ni con las autoridades, ni tampoco con la sociedad. Mientras México siga así, sin que pase nada, sin que cada ciudadano se indigne ante la barbarie, ante la injusticia, como Javier Sicilia, el crimen organizado podrá gobernar a sus anchas cada vez más regiones del país sin ningún problema.

A la marcha de Javier Sicilia debería ir hasta el último ciudadano, si es que le importa su propia vida, y la vida de los integrantes de la sociedad en la que habita.

El 4 de noviembre masacraron a 3 mujeres y 9 niños de la familia Le Barón[1]. Y López Obrador recibirá el día 2 de diciembre a integrantes de esa familia. Casi un mes después. Pero claro, para López Obrador proveerle consuelo, justicia a esa familia, no es una prioridad. Antes ha tenido, o ha querido recibir a Roger Stokoe Goodell, comisionado en jefe de la NFL[2]. Algo que era más importante para él y su foto. No para el país. Las víctimas están después. Así las mentiras del humanismo de López Obrador y también de su cristianismo.

Por todas estas razones y por muchas más, hay que salir a la calle el 1 de diciembre a decirle NO al gobierno de López Obrador, a frenarlo, no en lo económico, terreno en el que no puede estar más frenado, sino en su intención de atropellar a las instituciones y de terminar con la democracia. Y también por todas estas razones, hay que acompañar a Javier Sicilia en su marcha por la Justicia y La Paz, y pedirle que haga al menos una por mes, y si Javier se cansa, o se equivoca, hay que alentarlo y convocar, de nuevo, hasta que México deje de vivir una barbarie con cien muertos por día, y la democracia se respete, y la República no esté en riesgo.

 

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