Espada de Dos Manos: Descomposición institucional

Marcelo Fabián Monges/ Escritor y Periodista

 

Lo que se vio este jueves 7 de noviembre en el Senado con la votación para elegir al titular de la CNDH reviste una gravedad institucional mayúscula. Para tener la mayoría constitucional para elegir a un titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la bancada de Morena recurrió al FRAUDE. El desaseo en el proceso tiene como resultado una Presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sin ninguna legitimidad. Como si fuera poco, Rosario Piedra Ibarra será una Ombudsman a modo, puesto que una semana antes, había sido elegida consejera de Morena en Nuevo León. A esto hay que sumarle que los únicos méritos que ha tenido en su vida con respecto a una militancia o trabajo por los derechos humanos, ha sido ser hermana de un desaparecido, lo cual no la vuelve proba para el cargo de ninguna manera, y ser hija de la fundadora del Comité Eureka, Rosario Ibarra de Piedra. Pero hay algo que llama particularmente la atención por la doble moral de la izquierda, cuando le conviene. Y es el hecho de que ha sido “la izquierda” quién ha “luchado” en contra de los “derechos de herencia”, no solamente en los cargos gubernamentales, algo propio de las realezas, (hay que recordar que Rosario Ibarra de Piedra fue asesora en derechos humanos durante todo el gobierno del Ing. Cárdenas en el D.F., luego fue Presidenta de la Comisión de los Derechos Humanos en el Senado de la República durante seis años, en los que no hizo nada.) sino también, al menos según los troskos, en contra de cualquier derecho de herencia vinculado a la propiedad.

Pero para la izquierda de la 4a Transformación, Rosario Piedra sí es heredera de la moral y del símbolo que representa Rosario Ibarra de Piedra, por el solo hecho de ser su hija, por el solo hecho de ser hermana de un desaparecido, y por ello, a su parecer, merece ser la Presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Aunque no es jurista, ni Licenciada en derecho, requisito que siempre se tuvo como lógico para el puesto, ya que se tendrá que investigar desde allí todas las violaciones a la ley y a los derechos humanos, cometidas desde cualquier ámbito gubernamental.

Lo que sí tendrá para el cargo Rosario Ibarra Piedra, será parcialidad a favor del gobierno de la 4a Transformación, de la cual ha sido militante hasta ahora, razón de sobra para estar invalidada para el cargo. Por lo que entonces podremos ver en su accionar será la “investigación” de casos en estados donde gobierne la oposición, pero lo que es de esperarse es que no toque ni con el pétalo de una rosa al gobierno de López Obrador. Con su nombramiento, López Obrador mata dos pájaros de un tiro, por un lado, se saca de encima a un organismo autónomo que ha osado en cuestionarlo en este año que va a cumplir de gobierno y que le ha producido una tremenda irritabilidad pública, y por otro, la convertirá en otra arma para atacar a los estados donde no gobierna Morena.

Esto ya lo ha hecho muchas veces, con los integrantes de la CNTE bloqueando las vías de Michoacán, o con los normalistas haciendo exactamente lo mismo en el mismo estado, o con la supuesta guerra contra el huachicol en donde a los estados que dejó sin gasolina fueron a los estados donde no gobernaba Morena, mientras en estados donde el huachicol es moneda de cambio corriente, como Puebla y Veracruz, no les cerró los ductos porque en Puebla habría elecciones y en Veracruz ya gobernaba Morena.

La descomposición institucional tiene varias aristas por estos días. La Ley Bonilla siendo convalidada por la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, de una manera completamente contradictoria a lo que fue a afirmar al Senado, y de una forma impúdica, entre risas y carcajadas, junto al gobernador que extendió su mandato de 2 a 5 años, haciendo una ley retroactiva a una acción, algo que solo puede suceder en México, y que no permite ningún sistema legal del mundo. Ahora falta que se expida la Suprema Corte de Justicia sobre el tema. Cuya independencia será firmada, o abolida en ese solo acto. Con su sola resolución de la constitucionalidad o no, de la Ley Bonilla, la Suprema Corte habrá declarado su independencia o su claudicación en los tiempos de la 4a Transformación. Esperemos que el Ministro Presidente de la Corte lo tenga muy en cuenta y le importe. Se juega la independencia del Poder Judicial, y con ello, la democracia o el principio de su fin en México.

La descomposición Institucional se puede ver en estos días en el operativo de Culiacán, del 17 de octubre para detener al hijo de Ovidio Guzmán, donde el fracaso de este gobierno en ese operativo, terminó en la práctica con el monopolio del usos exclusivo de la fuerza por parte del Estado. Una consecuencia tremenda. Dicha descomposición se puede ver cuando desde el gobierno se ofrece el nombre del coronel que organizó el operativo, y se dice que actuó solo y por su cuenta, sin órdenes, lo cual no es cierto de ninguna manera.

La descomposición institucional se puede ver con un presidente que se jacta todos los días, desde el púlpito presidencial que son las conferencias mañaneras, de repetir las mismas frases que irritan a quienes no son sus seguidores, por obcecadas, por insultantes, por sin razones. Frases basadas en el resentimiento y la descalificación, como los “fifís”, los “conservadores” y los ataques a la prensa. Muletillas trilladas con las que López Obrador trata de salir por la tangente cuando un tema le es adverso, o le piden soluciones que no tiene, y que sabe que no tendrá.

Para completarla, sucede la masacre de la Familia LeBarón, un acto de barbarie, cuyos perpetradores merecen cualquiera y todos los castigos existentes posibles dentro de la Ley. Pero para que éstos sean castigados de acuerdo al tamaño de su crimen e ignominia, sus organizaciones deberían ser declaradas como terroristas por Estados Unidos y los autores de la masacre extraditados. La declaratoria de Estados Unidos, de organizaciones terroristas a los distintos carteles mexicanos, sería un paso más en serio, que un conjunto de declaraciones por parte de la Casa Blanca.

Cinco días después de la masacre de la familia LeBarón, donde asesinaron a mujeres indefensas y a niños, el gobierno de López Obrador no ha capturado ni a uno solo de los autores de la masacre. Como si este solo hecho fuera poco, López Obrador sale a respaldar a su secretario de Seguridad Alfonso Durazo diciendo que lo ve “muy bien”, que lo ve "fortachón". Eso mientras distintos sectores exigen la renuncia del secretario de Seguridad, el que no solamente no tiene ningún resultado en su ámbito de competencia, sino que se ha cansado de mentir y brindar versiones distintas sobre el fallido operativo en Culiacán. En este contexto, las expresiones de López Obrador para respaldar a Durazo constituyen un acto de cinismo. Lo cual solo contribuye al desfiguro institucional, promovido por el mismo López Obrador, con actitudes burlescas y este tipo de expresiones.

No conformes con sus desatinos, desde el gobierno de López Obrador, salió el Jefe de la Oficina de la Presidencia, el empresario Alfonso Romo, a declarar que no había que magnificar la importancia de casos como la masacre de la familia LeBarón y la no detención de Ovidio Guzmán.

En el mismo tenor, frente a la masacre de 13 policías estatales en Michoacán, en la localidad de Aguililla, el día 14 de octubre, había salido la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero a afirmar que estas eran masacres que sucedían “todos los días”.

Estas declaraciones, las de Alfonso Romo y la de la secretaria Olga Sánchez Cordero hablan de un nivel de descomposición humano en el gobierno de López Obrador. Encerrados en sus privilegios que les otorga el poder, están perdiendo la condición más elemental de humanidad. Para decirlo de otra manera, el grado de descomposición en el gobierno de López Obrador, ya comienza a superar lo institucional, y se va notando en la pérdida de humanidad, algo así como una gangrena que se va comiendo un cuerpo.

La descomposición institucional queda manifiesta cuando se puede ver a un delincuente como Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz, tuitear desde la cárcel textualmente: “El día de hoy un Juez de Control de la #CDMX determinó la eliminación de la medida cautelar de prisión preventiva que existía en mi contra, por lo que las 2 causas locales que el prófugo @AbogadoWinckler me fabricó las voy a llevar en libertad.”

La libertad de Javier Duarte, de concretarse, solo dejaría en claro que Duarte en Veracruz financió a Morena, que como pago, pese a las múltiples causas, esa sería la devolución del favor de parte del gobierno de López Obrador. Que por cierto, nadie encontrará una sola condena pública de López Obrador a Javier Duarte.

En este contexto, López Obrador promete, este sábado 9 de noviembre, que intervendrá para que se libere al exgobernador Mario Villanueva, acusado de narcotráfico. Lo que no explicó es ¿A cambio de qué? Por que gratis no es.

De esta manera, López Obrador se convierte en el redentor de los narcos y corruptos, algo absolutamente contrario a lo que constituyó su principal bandera de campaña, el combate a la corrupción.

La descomposición a la que está llevando el gobierno de López Obrador a la sociedad mexicana, va desde lo institucional, pasa por lo moral, e implica el aspecto humano. Algo con consecuencias sociales terribles, en muchos órdenes, que van a desde lo económico, e que incluso tiene amplias consecuencias psicológicas en la población.

 

Reventor

Reventor es una palabra que sintetiza la encarnación de un redentor con un reventador. Es una palabra nueva que inventó Carmen Rodríguez, una usuaria de twitter cuya cuenta es @RosaCarmen85 y que es integrante del colectivo Hijas de la Mx.

López Obrador se esfuerza por proyectar una imagen de redentor de la nación, mientras actúa como un reventador de las instituciones. La imagen del redentor es la que aún conservan muchos de los fanáticos de López Obrador, mientras este se esfuerza por destruir los organismos autónomos, la preponderancia del monopolio de la fuerza del Estado, y muchas otras cosas que tienen que ver con el sentido común, todo en una sola palabra. De allí la grandeza de la invención de Carmen. Si bien López Obrador ya pasó los umbrales de compararse con Benito Juárez, distinguido prócer en la historia mexicana, que al parecer al nuevo habitante de Palacio Nacional le quedó chico, para pasar a compararse con Cristo, cuando dijo:

“Me van a criticar, pero lo voy a decir, miren: ¿Por qué sacrificaron a Jesucristo? Porque lo seguían por defender a los humildes, por defender a los pobres. Esa es la historia real, entonces que nadie se alarme cuando se mencione la palabra cristianismo, cristianismo es humanismo[1]

Ahora podemos ver cómo uno de los signos más lamentables y aberrantes de la 4a Transformación será gobernar todo el tiempo que esté en el poder con total descaro, brindando las versiones que a ellos más les convengan de hechos terribles, como la familia LeBarón, esgrimiendo muletillas como “yo tengo otros datos”, reventando proyectos como el NAIM por puro capricho, y siguiendo reventando los récords de la violencia en México con su estrategia de “abrazos no balazos”, con las que el domingo 1 de septiembre se superó por primera vez en México la cifra de 100 asesinatos por día. De hecho, ese primero de septiembre hubo 102 asesinatos en el territorio nacional[2].

Así podremos ver cómo el reventor, vestido de redentor, revienta la democracia con la Ley Bonilla, apoyada desde su gobierno encubiertamente para quedarse en el gobierno “el tiempo que la gente quiera”, según dice, no el que marca la Ley.

Así asistiremos a ver cómo el reventor convierte al crimen organizado en un problema para la seguridad nacional, incluso de Estados Unidos, y el problema de la inseguridad crece, sin nadie que le haga sombra, mientras López Obrador repite desde las conferencias mañaneras las mismas promesas que dijo en campaña, pero pidiendo más tiempo para implementarla.

 

Sobre el buen gusto:

Sobre el buen gusto, el día de hoy en twitter, sigan esta cuenta de Fernanda @fer_sampietro. Si por algo se caracteriza es por el buen gusto.

El mal aliento de la 4a Transformación, su mal gusto por el atropello, por pasarle arriba a todo, a las leyes, a la Constitución, sus excusas lanzadas como banalidades, a veces, para conservar la sanidad psíquica, nos obliga a mirar cosas sanas, paisajes hermosos, gente elegante, arte y a disfrutar de personas, imágenes, comidas que tengan que ver con saber disfrutar de la vida, lejos de los resentimientos y los complejos de la 4a Transformación.