Espada de Dos Manos: Sábado de Tequio

Por Marcelo Fabián Monges / Escritor y periodista

 

La función de un gobierno es administrar los recursos de los habitantes de la sociedad que lo ha elegido, impartir las reglas, representar los intereses de la población, proveer soluciones a los habitantes de esa sociedad.

El propósito de un gobierno va de la mano con hacer cumplir las funciones del Estado. Un grupo humano, una sociedad, se organiza como tal con un propósito. En el caso de una ciudad, un país, un Estado Nación, lo hace con el propósito de tener sus propias reglas de convivencia, de organización, administrativa, jurídica, y para el establecimiento de las reglas que les permitan a los habitantes de esa sociedad proveerles seguridad, salud, bienestar, progreso.

Digamos, en una sociedad con individuos conscientes de su función social, de su misión dentro de esa sociedad, es una enorme responsabilidad. Su trabajo terminará siendo su aporte real, concreto a esa sociedad. Su resultado será la respuesta personal que sea capaz de otorgarle a esa sociedad que lo ha elegido o la ha elegido como ciudadano, como ciudadana para cumplir esta función.

En México, lamentablemente en la actualidad existe una clase política a la que los resultados les importa poco. No está dentro de las principales preocupaciones ni dedicaciones de los políticos actuales ofrecer sobre todos resultados a la ciudadanía. Dejar un legado histórico de su propia acción o de su aporte personal en la función pública. Ni menos aún hacerlo con una visión histórica, que implique el hecho de que el aporte personal a la sociedad sea un legado que sea recordado, por su utilidad para esa sociedad, por su belleza, por su durabilidad. Todo eso no existe en México hoy. No en la visión de la clase política. No en los intereses por los que alguien se incorpora a la política y menos por los que la ejercen. El interés principal es el negocio propio a toda costa.

Lo demás se rellena con discursos, con fotos, con escenografía. La forma de disfrazar la falta de resultados se reemplaza con encuestas compradas, con aprobaciones amañadas, o peor aún, repartiendo dinero “directamente” diría el presidente López Obrador. La inconformidad y el silencio se compran con planes sociales. Se busca que el ciudadano piense y elija primero el bien propio que el bienestar general, comprándolo, ya sea a través de programas sociales o de dádivas desde el gobierno de distintas índoles. Una forma de corrupción más directa aún que la compra de votos a través de un lunch, como tantas veces se ha hecho, como tantas veces hemos visto y se ha criticado. Lo mismo pero más burdo.

Digamos, tenemos una clase política que parece estar completamente ajena al hecho de tener que ofrecer resultados a la ciudadanía. Y muchos funcionarios de la 4a Transformación parecen encarnar esta actitud siendo sus mejores exponentes. Una clase política, para la que en realidad ocupar un puesto público parece que es para ganar bien, hacer sus propios negocios en muchos casos, y hacerle al cuento, mientras cobran, sin tener ni mucha idea de cómo obtener las soluciones que el país, la sociedad, necesitan en estos momentos y en estas circunstancias.

En ese contexto vemos cómo la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, ante la falta de resultados que padece desde que asumió su gestión, y por lo mismo ante el creciente rechazo permanente en sectores muy importantes de la ciudadanía, que ha elegido para paliar su incapacidad, y la imagen de esto se deriva, posar limpiando distintas ámbitos de la Ciudad de México, en especial vinculados al transporte público, una vez limpiando el piso del metro, otra limpiando las dovelas del metro San Joaquín, otra limpiando una unidad RTP del transporte colectivo.

El pasado 5 de octubre la Jefa de Gobierno protagonizó la limpieza de camiones de RTP en la Alcaldía Azcapotzalco, según se documentó en distintos medios. Este #SábadoDeTequio 13 de octubre como le ha dado de en llamar Claudia Sheinbaum a los días en que se dedica a limpiar distintas zonas de la Ciudad de México con parte de su equipo le tocó a Alcaldía Iztacalco.

Este sábado pasado, 26 de octubre Claudia Sheinbaum acompañó al alcalde Víctor Romo a “limpiar” el Panteón de Dolores. Lo puede comprobar cualquier con el solo hecho de entrar a su cuenta de Twitter y mirar lo que twitteó ese día.

Víctor Romo por cierto, es el mismo Alcalde que ha dejado de inaugurar un parque que se encuentra Laguna de Mayrán y Lago Mayor, que se encuentra terminado hace meses, porque los vecinos le reclamaron airadamente por la tala de un árbol sano que estaba al frente del parque y por otro árbol que misteriosamente “se cayó solo”, que estaba ubicado también frente al parque y que se cayó en un momento en que no había ni viento ni lluvia. Como castigo a esos vecinos, Víctor Romo no ha inaugurado el Parque. Parece que el resentimiento es el sentimiento que prevalece en la 4a Trasformación.

Acá las preguntas son varias, para tratar de ubicar cómo encuadra esta actividad de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México con esta actividad de asistir a limpiar el metro, otras veces de vestirse como albañil y llevar una carretilla en una obra, otra de limpiar un RTP, otra de limpiar un panteón etc. La primera pregunta obligada es ¿Quién la eligió para eso? La respuesta es: Nadie. La segunda pregunta es ¿Si este tipo de actividades ayudan a resolver de verdad los problemas de la ciudad? La respuesta es: No. La tercera pregunta es ¿Si esta actividad la realiza en sus tiempos libres, una vez que los problemas de la ciudad ya están encaminados y las soluciones para dichos problemas todas en marcha? La respuesta es un contundente: No

La quinta pregunta es ¿Cómo en realidad esto que hace es un ejercicio para la foto nada más, a quién cree que seduce políticamente con esto? ¿Con quién cree ella que esto le otorga crédito político? La respuesta sensata debería ser con nadie. Sobre todo porque los problemas reales y graves de la ciudad como la inseguridad, los problemas de movilidad, el aumento de delitos, etc., no están resueltos para nada. Entonces, nadie bien informado que entienda cuáles son las actividades propias de una Jefa de Gobierno, o de alguien a quien la sociedad ha elegido para que la administre en sus temas fundamentales, podrá ver bien que pierda el tiempo en asuntos como estos, de estar limpiando el piso en el metro, o en un RTP, en vez de dedicarse a obtener soluciones reales a los problemas serios que aquejan a los habitantes de la Ciudad de México.

Estas son preguntas que debería hacerse la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y quienes integran su equipo de trabajo, para no degradar su cargo, realizando tareas para la foto, con el afán de presentarse como “popular”, sin obtener resultados en lo que respecta a las obligaciones propias de su cargo.

El BUEN GUSTO:

“La elegancia es buen gusto con una pizca de atrevimiento” – Carmel Snow

 

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