Espada de Dos Manos: Terrorismo puro y duro.

Marcelo Fabián Monges/ Escritor y periodista

 

Importante: Este contenido es responsabilidad de quien lo escribe, no refleja la línea editorial del Diario de México

Donald Trump no está equivocado en todo. Ayer anunció que nombrará a los carteles de la droga como grupos terroristas. El tema es simple, si gobiernas un Estado, si tienes el monopolio de la fuerza, eres el responsable del cuidado de la vida de tus ciudadanos, de garantizar la defensa de tu país de cualquier país extranjero, pero también de grupos criminales. Donald Trump lo entiende perfectamente y salió bueno para defender a los suyos, a sus fronteras, y sobre todo, a los ciudadanos norteamericanos que viven dentro de su país, y también de los que viven en el extranjero.

Solamente a alguien pequeño y diminuto en sus pensamientos, en su visión, en mediar las consecuencias de sus actos, como López Obrador, podría creer que su protección a los grupos criminales y narcos mexicanos no tendría consecuencias.

No hacer nada contra los grupos criminales en México, como lo hace López Obrador, en la práctica, es darle todo el territorio mexicano para actuar como zona liberada. No hacer nada contra la delincuencia organizada, como hace López Obrador, es entregar la vida de los ciudadanos mexicanos al crimen organizado, dejarlos a expensas de ellos, para que les puedan cobrar piso, secuestrar, asesinar, y todo lo que hacen estos grupos.

La política de “abrazos no balazos” de López Obrador, en realidad es un cuento chino, una mentira con un slogan que en la práctica significa haber negociado con todos estos grupos y dejarlos hacer lo que quieran. La política del slogan de “abrazos y no balazos” de López Obrador, disfrazada de humanismo, en realidad no solamente es completamente irresponsable, también es profundamente inmoral y corrupta, porque en la práctica esto significa dejar a toda la población, a la totalidad de los ciudadanos mexicanos en manos del crimen organizado.

No hay que tener una mirada muy aguda, no hay que ser científico, ni siquiera ser un muy buen observador, para darse cuenta de que López Obrador está mucho más preocupado por los delincuentes que por sus víctimas. No hay que ser opositor al gobierno para darse cuenta que la cifra de cien muertos por día sigue en aumento, pero a las consideraciones de López Obrador con los criminales y a los inconfesables tratos que esto implica, dejan mucho más en claro el enojo de López Obrador por la posibilidad de que Donald Trump declare como grupos terroristas a los carteles del narco mexicano.

Hay un dicho popular que dice que: “el que no tiene padre en la casa, lo encuentra en la calle”. Esto es lo que le va a pasar al gobierno de López Obrador con el gobierno de Donald Trump en materia de seguridad. A López Obrador no le importa la seguridad de sus ciudadanos nada más que en el discurso. Él más que nadie sabía lo que decía en campaña, que “cuando asumiera el 1 de diciembre (2018) se terminaría la violencia”, como por arte de magia, era una mentira enorme como un planeta. Pero un año después de que asumió López Obrador, en materia de seguridad, como en muchos otros temas, no sabe ni para dónde ir. Lo que sí está claro que López Obrador no quiere, es tocar a los criminales, ni individualmente, ni como organizaciones, no quiere tocarlos ni con el pétalo de una rosa.

Ayer me decía una periodista, por la decisión de Donald Trump, de tipificar a los grupos de narco mexicanos como delincuencia organizada, “y prefiero que entren los marines, a las zonas donde no se puede transitar de noche en el país, a que me agarren los del crimen organizado”.

Decir esto puede ser poco políticamente correcto, pero en la práctica, alguien tiene que resolver el tema de la inseguridad.

Estados Unidos no está por declarar a los grupos del crimen organizado mexicano para invadir a México, como saldrán a decir los partidarios de López Obrador. Están por tipificar sí a los carteles de la droga mexicano como grupos terroristas, en primer lugar, porque es lo que son, en segundo lugar, por su propia seguridad y los de sus ciudadanos.

Ahora los grupos de la delincuencia organizada en México matan a niños, en las distintas masacres, sin ningún pudor, aquí y allá. La masacre más visible y más terrible en lo reciente ha sido cometida contra la familia LeBarón, a la que le matarón 9 integrantes de su familia, 6 niños y tres mujeres. Algo que es preciso decir, es que pero que el crimen de un niño, no hay. Después de esta clase de atrocidades que se cometen en México, no hay más nada. No hay nada peor que pueda hacer alguien.

La declaratoria de grupos terroristas a los miembros del crimen organizado en México es consecuencia de dos cosas fundamentales, en primer lugar, de lo que hacen estos grupos, que es terrorismo liso y llano, y en segundo lugar, de la inacción del gobierno de López Obrador ante la masacre de la familia LeBarón, que son ciudadanos mexicanos, pero también son ciudadanos estadounidenses y también de la inacción del gobierno de López Obrador ante los grupos de crimen organizado.

La declaratoria de grupos terroristas, a los carteles del narco en México, deja a López Obrador muy mal parado, reclamando por la soberanía nacional, lo cual traducido en la práctica es como decir que solo él tiene el derecho, la facultad legal, y la potestad, para decir qué grupos tienen inmunidad, a cuáles protege, y a quiénes de estos grupos no puede perseguir el Ejército, ni la Marina, ni las fuerzas de seguridad en general.

Para esto, y no para ninguna otra cosa, López Obrador desmanteló el grupo de inteligencia de la Marina. Y por esta razón y no por ninguna otra, López Obrador desconfía de la Marina y la relega, a pesar, o sobre todo, por ser esta la fuerza más confiable para las autoridades norteamericanas, por ser precisos en sus operativos, y porque no se filtraba información cada vez que las agencias de Estados Unidos le brindaban la ubicación de un capo narco para su detención.

Hacen bien los integrantes de la familia LeBarón en pedirle al gobierno de Estados Unidos que declaren como grupos terroristas a los carteles del narco mexicanos. Hacen bien porque es lo que haría cualquiera a quien le han matado a 9 integrantes de su familia. Hay situaciones que te ponen más allá del miedo, del qué dirán y de los cuestionamientos que los que no viven en su circunstancias pudieran profesar. Por todas estas razones, la familia LeBarón  quiere que alguien haga algo, que alguien procure justicia, y si no la pueden encontrar en el gobierno mexicano, porque no hacen nada, se lo piden al gobierno de Estados Unidos.

López Obrador tiene la idea de que él es el presidente ahora y entonces hace y hará lo que quiera, y que al que no le gusta que se joda. Así lo ha demostrado subordinando a la CNDH, poniendo a una incondicional de él, amañando encuestas, tomando decisiones por caprichos, entre muchas otras medidas y actitudes de López Obrador. Sin embargo, esa actitud no le funciona ni le funcionará con el gobierno de Donald Trump. Trump es un hombre con mucha decisión y con mucha iniciativa, y la actitud que tiene frente a esto es muy práctica, es la de quien decide, si no lo haces tú, lo hago yo. Si tú no puedes, lo haré yo. Y frente a esto, López Obrador hará sus pataletas, dirá misa en las conferencias mañaneras, pero cuando Donald Trump por este tema le apriete las cuerdas, le estará apretando el cuello.

Estaría bien que López Obrador si va a jugar todas las cartas defendiendo a los grupos de la delincuencia organizada en México, y a los carteles de la droga como en la practica está haciendo, sea consciente de que no solamente abandona a su suerte a los ciudadanos mexicanos a los que debe defender, sino sobre todo se está jugando su presidencia. Como es López Obrador no es nada fácil que entienda esto, no es fácil que López Obrador comprenda que si se juega el todo por el todo para defender a los carteles de la droga mexicanos, se estará jugando la presidencia, aún y mucho más allá de todos sus planes clientelares, de todos sus discursos, de todo el dinero que reparta.

En 2017 escribí un libro que se llama Trump La Resistencia, que es sobre todo, un llamado a resistir las políticas de Donald Trump, quien es el mejor representante de ese uno por ciento que gobierna al mundo. Pero Donald Trump no está equivocado en todo, e incluso de alguien que pueda no caernos simpático podemos aprender. Si Donald Trump declara grupos terroristas a los carteles del narco mexicanos, habrá hecho lo correcto en la defensa de sus ciudadanos, e incluso habrá hecho algo muy bueno, en cuanto a la seguridad de todos los mexicanos, aunque haya muchos a los que no les guste, aunque haya muchos que no lo entiendan o que se hagan los que no lo entienda.

La actitud de los que se ven muy asombrados por esta probable declaratoria del gobierno de Estados Unidos, sobre los carteles mexicanos, pareciera decir de fondo, “pero si los narcos son nuestros, aunque hagan masacres, aunque sean malos, aunque secuestren, cobren piso y maten, al final son nuestros”. Pareciera como si estuvieran diciendo, “la barbarie puede resultar muy bárbara, pero es nuestra barbarie”. Pues no. En materia de derechos humanos y de seguridad, los caprichos no pueden ser los que prevalezcan. No puede prevalecer la barbarie solo porque es nuestra. No puede continuar la inacción en materia de seguridad, solo porque López Obrador simpatiza con los delincuentes o es amigo de varios o de muchos.

Cualquier persona moral se conduele de las víctimas. López Obrador se conduele por los delincuentes.

El mundo no puede quedarse mirando cómo López Obrador propicia la delincuencia con su inacción y le da rienda suelta. Tampoco deberían permitírselo los mexicanos.

Cuando López Obrador lloriquee demasiado por la declaratoria de terrorismo a los carteles mexicanos por parte del gobierno de Estados Unidos, Donald Trump le apretará las tuercas nuevamente en lo comercial, y ante esto tendrá que salir el piloto sin timón de Marcelo Ebrard corriendo a Washington nuevamente, para presentarnos después un nuevo acto de completa sumisión como un nuevo triunfo de la 4a Transformación. 

Para terminar de mostrar la verdadera naturaleza y la miseria de la 4T, desde el gobierno de López Obrador ayer se impulsó el hashtag #FueraLeBaróndeMéxico, al respecto el usuario en Twitter.

@IgnacioPinacho, dijo lo que esto representa con estas síntesis en un tuit:

El HT #FueraLeBarondeMexico exhibe la miseria humana e intelectual de la llamada 4T. ¿Y tu política moral y humanista presidente @lopezobrador_?

Además de ser víctimas de la masacre, López Obrador revictimiza a la familia LeBarón no atendiéndolas (ahora ha dicho, ante las críticas, que va a atender a la familia LeBarón el 2 de diciembre) y ahora propiciando el escarnio público generando ese hashtag, porque pidieron que se declaran a los carteles de la droga en México como terroristas.

¿A que se debe tanta furia de López Obrador por este pedido y esta declaratoria anunciada por Trump? ¿Acaso defiende a algunos o muchos de sus amigos? ¿Acaso le peligra algún negocio? ¿Acaso es el único que puede ofrecerles impunidad a todos estos grupos, porque eso es lo que está haciendo y nadie puede decir nada? ¿Acaso lo siente o lo ve como el derecho a un negocio propio? Lo cierto es que para López Obrador las masacres como la de la familia LeBarón no son importantes, ni el terrible problema de la inseguridad en México. ¿Entonces, en dónde ha puesto la importancia de todo esto López Obrador? Pues usted saque sus propias conclusiones.