El día que Rafa Márquez y el Barcelona conquistaron el continente europeo

Foto: Cuarto Oscuro

Ciudad de México. – El 17 de mayo de 2006 quedó marcado con letras de oro para Rafa Márquez y el Barcelona, los “blaugranas” dirigido por Frank Rijkaard conseguían su segunda UEFA Champions League en París con marcador de 2-1 sobre el Arsenal de Arséne Wenger en una dramática final.

El camino no fue sencillo para un Barcelona que contaba con estrellas como: Víctor Valdés, Rafa Márquez, Ronaldinho, Eto’o, pero para muchos la mejor estrella estaba en la banca y vestía como director técnico, ese era Frank Rijkaard que tenia mas de un lustro en la institución, con la ilusión de levantar la llamada “orejona”.

Era el momento ideal para los “blaugranas” que había dado cuentas en el camino del Chelsea en octavos de final, su verdugo en la edición anterior, al Benfica en cuartos. Pero la gran victoria se había dado en las semifinales cuando los españoles dejaron al Milán tendido sobre la lona, y es que era su talón de aquiles de las noches mágicas y aun tenían presente esa final en Atenas en donde los catalanes fueron prácticamente humillados.

La cita estaba puesta para resarcirse en el máximo torneo de clubes continental, enfrente tenían a un Arsenal con un viejo lobo de mar como Arséne Wenger y que mejor escenario que parís con un Stade de France que abarrotaba a mas de 80 mil aficionados.

El partido no parecía nada fácil para los culés y en los poco más de media hora de juego los ingleses ya ponían a sudar frio a los españoles con un autentico gol de Campbell, que hacia vibrar a los seguidores “Gunners” que sacudían las tribunas de París.

Era el momento de remar contra corriente terminaba el primer tiempo y las ideas tenían que refrescarse para Rijkaard, en el segundo tiempo no cambiaba mucho la incertidumbre y el nerviosismo consumía a los catalanes, hasta que aparecería Samuel Eto’o en el minuto 76 rompiendo todo, absolutamente todo en la afición, llanto, alegría, grito, euforia, pero eso solo representaba el empate, pero sin duda el estado anímico iba ser para los culés. 

Si en el empate era un autentico hervidero de emociones, 6 minutos más tarde Belleti volcaría la euforia total en París y toda Catalunya.

Así se consumaba la segunda orejona, un título que sería el nacimiento total de una nueva época dorada para el equipo que se dice llamarse “Mas que un club” el Barcelona.