LitioMx se torna 'fifí' con un joven de Harvard

Por Omar González

El discurso populista, de defensor de los pobres, de inquisidor de los “poderosos”, crítico de quienes estudian en universidades privadas, sobre todo en el extranjero, esta vez resultó lo que tanto critica: aspiracionista a “fifí”, que para los “chairos” tuertos, pero no ciegos, (entre ese pequeño segmento de la chairiza me incluyo) suena ridículo, incongruente y cínico.

El presidente Andrés Manuel López Obrador quien, en reiteradas ocasiones en su show mediático de las mañanas, ha denostado a aquellos funcionarios “de antes” que estudiaron en Harvard para aprender a “robar”, ahora resalta con bombo y platillo que uno de los huesos, muy pronto entre los más codiciados de la 4T, está reservado para un joven originario de Hermosillo, Sonora, que está a punto de terminar su doctorado en noviembre en esta institución (otrora desprestigiada por él) en una carrera “sobre medio ambiente”, será el director general de la empresa LitioMx, que dependerá de la Secretaría de Energía (Sener).

Con su risa burlona, lo dijo todo tras ser cuestionado por los periodistas que se encontraban en el Salón Tesorería de Palacio Nacional: “¿cuál es su nombre?”. 

Tengan para que aprendan

Como si fuera una gracia, un chiste sin consecuencias, López Obrador vuelve a tragarse sus palabras y, contrario a lo que pregona, en sus acciones nos damos cuenta que el país “sigue siendo como antes”. El mandatario responde de manera descarada a la prensa… ese joven es Pablo Daniel Taddei Arriola, hijo de Jorge Taddei Bringas, delegado del Bienestar en Sonora.

Nepotismo e influyentismo, prácticas que el tabasqueño prometió erradicar. Palabras que son recurrentes en su retórica diaria para arremeter contra los “conservadores” en las llamadas “mañaneras”, donde el mandatario desvirtúa cada vez más su movimiento transformador.

“Predicar con el ejemplo”, es una de sus frases favoritas… lástima que sea utópica.

Y la Constitución…

A lo largo de estos casi cuatro años de gobierno de López Obrador, las “buenas intenciones” son el sello característico de la 4T, pero aterrizar esos ideales dan al traste de manera continua con los fundamentos en lo que se forjó este movimiento: cero corrupción y cero impunidad.

Esas “buenas intenciones”, en este caso de explotar y aprovechar los yacimientos de litio en Sonora donde se tiene proyectado un plan para generar energías renovables, limpias y de producción de materiales con este mineral para impulsar la industria automotriz, López Obrador anunció que Alfonso Durazo Montaño, gobernador de la entidad, será también el coordinador de la paraestatal LitioMX.

Lo que el jefe de Ejecutivo ignora, o tal vez lo sabe y le da igual, es que con esta “doble y loable” labor de Durazo Montaño, estaría incurriendo en una posible violación a la Constitución que, en su artículo 90, señala lo siguiente:

“La Administración Pública Federal será centralizada y paraestatal conforme a la Ley Orgánica que explica el Congreso, que distribuirá los negocios del orden administrativo de la Federación que están a cargo de las Secretarías de Estado y definirá las bases generales de creación de las entidades paraestatales y la intervención del Ejecutivo Federal en su operación”.

En resumidas cuentas, un gobernador no puede ser subordinado del Ejecutivo federal, sólo secretarios de Estado o funcionarios activos del gabinete del presidente.

Pero… López Obrador “se cansa ganso” para que esto se resuelva a su conveniencia, por el bien del país, los pobres y por algunos estudiantes honestos de Harvard.

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