El presidente y los gobiernos locales ante la violencia

Foto: Cuartoscuro

Ricardo Mejía se perfila como el "Gatell" de la información policiaca

Por Romeo Valentín

La semana pasada se anunció que la conferencia de prensa mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador tendrá algo parecido a una sección policiaca todos los jueves, supongo que es para ver que en efecto haya abrazos y no balazos en los estados y municipios.

Es que los casos de violencia e inseguridad que  leemos en la nota policiaca siguen siendo la información noticiosa más vendida en los puestos de periódicos y la más compartida en las redes sociales, pero más allá  del morbo por las fotografías sangrientas y los encabezados  llamativos -incluso con humor negro- la información sobre crímenes y tragedias le interesan a la gente por la cercanía, ya que si una desgracia  sucede en tu municipio, en la entidad en que vives, es entendible y legítimo que quieras enterarte de los pormenores, de lo que dicen las víctimas, de las soluciones que proponen las autoridades y, principalmente,  interesan por  la indignación y empatía hacia las víctimas que se produce.

La mayoría de estas notas tienen que ver con delitos y problemas que corresponde a las autoridades municipales y estatales resolver; el estatal y municipal son los niveles de gobierno más cercanos a la gente, pero también los más desprestigiados y a los que, desgraciadamente, la 4T no se ve que llegue con suficiente rapidez aun cuando cada vez más gobernantes locales sean morenistas. Esto tiene una razón: a nivel local pesan los poderes fácticos y se vuelven más peligrosos porque en el barrio, en el pueblo, en la colonia, "las banquetas son más angostas", todo mundo se conoce y saben fácilmente dónde encontrarse.

A diferencia de Fox, Calderón y Peña Nieto que se la pasaban culpando de la violencia a los gobiernos estatales y municipales, el peje es respetuoso de la autonomía de los Estados y Municipios, evade las grillas locales llamándolas "politiquería" y cuando  en la mañanera le preguntan por la violencia prefiere culpar a sus antecesores en el Ejecutivo Federal que a las autoridades locales en funciones, simplemente afirma: "trabajamos todos los días" y "diario tenemos reuniones con el gabinete de seguridad".

Al parecer, esa actitud del presidente hacia las autoridades locales está cambiando ya que pasó la mitad de su sexenio y que la falta de justicia para las víctimas del delito y de los malos funcionarios se ve como el principal tema pendiente de la 4T. Por más que el subsecretario Alejandro Encinas haga una gran labor atendiendo los múltiples y dolorosos agravios del pasado, los nuevos agravios, cometidos en su mayoría por autoridades locales, se siguen acumulando y pareciera que al presidente no le importa, aunque en el fondo -y a pesar de que no lo quiera- asume todo el costo político de la violencia y la injusticia en el país, después de todo, cuando los familiares de una víctima de feminicidio o de un reportero amenazado o un activista asesinado van a Palacio Nacional a clamar por justicia, es porque los otros niveles de gobierno ya les han fallado.

Por eso, a partir de este año se le da más relevancia en las mañaneras al tema de seguridad pública con el informe mensual en la materia que presentan los militares y la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez. Entre tantas cifras, gráficas y números se ha abierto espacio el subsecretario Ricardo Mejía Berdeja quien relata los hechos y las investigaciones de alto impacto. 

La utilidad de Mejía Berdeja para aclarar los hechos y contener las críticas al Gobierno de México ha quedado manifiesta en casos como el de San José de Gracia, Michoacán; la violencia desatada en el Estadio Corregidora, Querétaro, y más recientemente en el caso Debanhi Escobar, donde se amagó con atraer el caso y quedaron exhibidas las omisiones de la Fiscalía de Nuevo León.

Por ello considero muy probable que con la nueva sección policiaca fija en la mañanera Mejía Berdeja se convierta en el equivalente de Hugo López Gatell, pero en materia de seguridad y de paso el presidente les lea sutilmente la cartilla a gobernadores, presidentes municipales y a todos los fiscales - de Morena o de oposición-  que fácilmente se desentienden y le cargan literalmente los muertos al gobierno federal.