De histeria, erotismo y misticismo

Por Gerson Gómez Salas

“Nuevos reinos”, de David Meraz
A raíz de una serie de enfermedades, así como una aguda y prolongada sequía, que llevaron a la desaparición la población pecuaria de la región, los residentes del Empalme de Oro, fervientes devotos de la carne asada, se ven orillados a mudar dramáticamente su tradición gastronómica en busca de alternativas. Para satisfacer el paladar y el deseo de sus ávidos comensales, los primos Buenpotro deciden emprenden la cacería de una mítica bruja.

“Los buenos términos”, de Fernanda Sandoval
En este primer poemario Fernanda Sandoval habla de la fragilidad de las relaciones humanas a partir de su relación con la energía solar. En este repaso de los afectos, transita entre el monólogo interior y el diálogo, entre acontecimientos y sentimientos que a través de la invocación del calor y del fuego, pueden nombrarse, dibujándose un cuerpo.

“Soy fina pero no se me nota”, de Cecilia Barón
En su segundo libro, Cecilia Barón conjuga nuevamente el humor con lo erótico para mostrar los límites de nuestra comprensión de lo amoroso y lo sexual, alternando entre el chiste y la narrativa, ofreciendo así un manifiesto de intenciones y genealogía literaria desde Nin a Bukowski. Con el hilo conductor de la personalidad y del autorretrato para desarrollarse, este poemario contiene los poemas más emblemáticos de la poeta, como Querida amiga y Santa Cecilia.

“Arco de Histeria. Libro negro”, de Esther M. García
A lo largo de los años, la histeria ha sido una palabra utilizada en la anatomía, la política y la psiquiatría como un instrumento de control sobre los cuerpos de las mujeres. En su nombre se ha enunciado enfermedades, traumas, dolores y una serie de estados anómalos cuya existencia jamás ha podido comprobarse y que han servido para legitimar una estructura de poder y violencia del hombre sobre lo femenino. Arco de histeria, el libro negro, es una obra que apunta en la dirección opuesta: propone despojar a las palabras de su uso instrumental para recuperar su sentido estético. A través de una revisión de la historia, en un diálogo fresco con la reflexión ensayística y la expresividad de la plástica, la poesía de Esther M. García presente en este libro —ganador del Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín 2020— es la afirmación de que las palabras son un acto de creación y libertad.