Por Gerson Gómez
Se le llama cadena de favores. Así lo tienen entendido quienes participan en conjunto. Lo hacen como pago a la deuda con los ancestros. En la plataforma de YouTube El Huarache Oaxaqueño retribuye a los dejados atrás.
A las familias del estado con más municipios en el país. Nación de inmigrantes dentro y fuera del territorio nacional. En las comunidades sólo quedaron los ancianos, los menores y algunas mujeres.
La precariedad de sus ingresos, el abandono de los programas sociales y la dificultad de la orografía conmina a repensar los destinos de millones de mexicanos.
El conductor y narrador, de quien sólo se escucha su voz, les llama en el gentilicio de tío y tía a sus mayores. Empatiza al devolver, mediante el flujo de efectivo, despensas y diverso menaje, con quienes menos tienen.
La organización y el flujo de recursos, usa el mismo sistema de remesas, con quienes, del otro lado de la frontera norte, apoyan a los pobres de la tierra.
El Huarache Oaxaqueño es un lujo por encima de las malas noticias cotidianas. Corriendo el riesgo de encontrar de frente a los criminales, la traba burocrática o la rutina saqueadora de las fuerzas del orden.
Su magia es el campo verde, los alimentos nobles y el aroma de limpieza con la humildad de quienes ofrecen sus cocinas, su tiempo y amor incondicional por la nación.
