El INE y la Suprema Corte de Justicia

Foto: Cuartoscuro

Por Gerson Gómez

Para quienes ahora son oposición, el régimen de la 4T, de Andrés Manuel, encabeza la poca oportunidad de negociar.

A Morena, con sus huestes y partidos satélites, la aplanadora de los deseos del presidente, son órdenes a seguir a pie juntillas.

Hablan los directivos del PRI, del PAN y del PRD, de intransigencia y de violación a la Constitución.

Poco impacto resultan en la opinión pública. Ni fu ni fa. Ni en el linchamiento de los medios de comunicación. 

Como tampoco funcionan las campañas electorales en el 2021. Pandemia es sinónimo de abstención.

No despegan, no prenden, no estimulan y mucho menos, no se cree en la honestidad del ciudadano presidente del INE. Un beneficiario de modificación para extender su labor al frente del instituto.

Lorenzo Córdova y Ciro Murayama representan lo más rancio de un proyecto sin cabeza. Su labor de censores y de verdugos han enojado mucho la poca paciencia presidencial.

Por la mente de Andrés Manuel cruza restar autonomía al INE. Decretar su extinción de un Instituto oneroso, de salarios insultantes y de polémicas.

Permitir a los diputados locales, por estados, modificar las constituciones internas y manejar, con menor costo e inversión.

Recortar a los partidos sus estipendios federales. Autosostenimiento a costa de los militantes y no del estado. 

Mientras el ministro Zaldívar, con falsa modestia y retorcida displicencia, solicita la ratificación de sus compañeros jueces.

 

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