Por Gerson Gómez Salas
Nos han pedido contención. Sin arrebatos. Permanecer en la santidad del hogar. Con el desecho del trato social. Todo el 2020 parece semana mayor. Donde se mortifica el espíritu. Privados de los satisfactores del cuerpo.
La muerte viaja en la calle. En las empresas. En cada uno de los mercados. En las industrias. La respuesta a la pregunta continúa en incógnita.
El mundo normal ya no es razón para vivir. Es el drama de un sueño en pesadilla. A los pragmáticos el potencial es el cambio de ideología. No existe el virus. La proto vacuna es irracional.
El capitalismo y los regímenes totalitarios cuentan los millares de defunciones. El recuerdo de libertad a costa de la salud misma. Nuestro empobrecimiento agota las reservas financieras.
Necesitamos el invento de una nueva rueda. Del tamaño y magnitud de la era de piedra. Organizar el autoconsumo. La defensa de las propuestas nacionalistas. Deplorar y juzgar a quienes enriquecieron a costa del sufrimiento general.
Descorrer las poéticas de la derrota humana. Nacer de nuevo. A quienes vemos con esperanza, otorgar el voto.
Nada de reciclaje de políticos sinvergüenzas. Deslenguados o de intachable conducta pública.
Es hora no del relevo generacional. Sino de abogar por la mayoría. Por ese 99 por ciento de personas genuinas.
