La ultraderecha en el Zócalo

Por Gerson Gómez Salas

Su pensamiento se basa en la intolerancia. En el despótico trato de los pares. Se esconden en la fingida humildad cristiana. Son los causantes de la desinformación. De las manchas históricas desde Maximiliano.

En la fatídica síntesis su pensar no es da avanzada. Culpan de los desastres naturales al actuar del hombre. Contrarios a la ciencia, combaten el conocimiento con la metafísica de las supersticiones.

La práctica sistémica de sus opositores es la eliminación. Lo hicieron en España en la dictadura militar de Franco. En Chile con Pinochet. En todos los regímenes después de Perón en la Argentina.

Para los mexicanos, la guerra de los cristeros representa el capítulo cumbre. Viva Cristo Rey en la sangría fratricida. Olvidan a Marcial Maciel, al acto en Canoas. La supuesta intervención socialista. Los libros de texto gratuitos. La fundación del IMSS. La posibilidad del INFONAVIT.

A nuestra ultraderecha le horroriza el nativo mexicano. Lo preferirían erradicado a verlos en las esquinas de las ciudades pidiendo caridad. Son la chusma de la chusma. La parte última de pobreza.

La ultraderecha mexicana prefiere a quien roba mucho, pero salpica. Nos permite hacer negocios con ellos. Y utiliza la frase lapidaria del gran empresario: estás despedido, como si se tratara de un empleado.

Mientras nuestros tres ejes de gobierno son representantes elegidos no inferiores ni superiores, sino pares merecedores de respeto.

 

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