Los reyes del Tik Tok

Foto: Tik Tok

Por Gerson Gómez

De las ocurrencias no se vive. Tampoco se gobierna. Mucho menos se escribe la historia. 

En el siglo XXI la democracia debe superar a las redes sociales. A las herramientas efímeras del entretenimiento. Hacer de lado a los influencers.

Depurar los vicios de quienes han accedido a la notoriedad. Las celebridades, estrechas de mente y de intelecto, responderán al juicio de sus fanáticos.

Las bravatas de sus anuncios, de las frases inconexas, de sus bailes desacompasados, son la muestra de la incompatibilidad de la vida madura.

Para los foros internacionales, el éxodo de los problemas reales, ninguna promoción o regalo para sus seguidores, será paliativo de la opinión pública.

Corren el riesgo de detonar los puentes de comunicación. Las trincheras del abandono de las oficinas, del poder detrás del personaje, de la nomenklatura de un partido político sin bases reales o postulados.

Ni Samuel, Alfaro o Dante, pueden aguantar la seducción del gobierno federal con sus programas sociales. 

El estrangulamiento de sus finanzas. La guillotina desde el centro del país o del Honorable Congreso de la Unión.

Negociar es usar el tacto, ofrecer ofrendas de paz. Sin alebrestar sus entidades. A eso se arriesgan los reyes del Tik Tok.

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