Lucifer y la Vox

Foto: EFE / Cuartoscuro

Por Gerson Gómez

A los institutos políticos les hace falta congruencia. Demostrar sus ideales. Por encima de los enrutes o de las posibilidades de explotar negocios maravillosos. En la desdibujada democracia mexicana, el PAN, el PRI y el PRD, ese vetusto armatoste de oposición exhibe muchas de las imposibilidades de formación de cuadros.

Se acepta al millonario. A quien puede invertir del peculio familiar, de las empresas afines y de sus socios, el flujo de efectivo, a fin de construir campañas ciudadanas o de militantes, de éxito.

El PAN, de centro derecha, nos ofrece la opción rancia, de fascismo y de imposición de los ideales cristianos por encima de la ciencia y del conocimiento universal.

En sus entrañas, el monstruo del franquismo, de las camisas como uniforme, saca el cobre. Nos anticipa la lucha febril. La disputa en los espacios públicos y en las universidades privadas.

Se adoctrina en la utopía de establecer el reino de los cielos en el territorio nacional. Adiós a los cafés políticos. Bienvenida la guerra de las redes sociales. También Lucifer, se vistió de ángel de luz.

Eso nos enseña el evangelio. Muchos de esos panistas, tan extremos como ISIS o el califato, estarían orgullosos de derramar la sangre de sus subordinados, de sus empleados y de sus magras familias.