Pandemia 2020

Por Gerson Gómez Salas

Llegó como ladrón acechante. En cada región de la tierra el lamento, el llanto de la pérdida del ser amado, del hermano o del pariente.

Estrecho los continentes. Nos convirtió en vecinos de la tragedia de todos los días. Nos balanceamos en la desconfianza. La pobreza petrificada. La necesidad de ganar el pan diario.

Dar el lujo de enclaustrarse raya en la impotencia de las naciones. Despertar con salud o ignorancia, con hambre y sin alimentos. Ese es el espejo de los países. Tal vez la solidaridad es la vacuna para quienes siempre hemos carecido hasta de lo indispensable.

La ruleta rusa de los trabajadores de salud, en el primer frente de batalla. Imposible olvidar las pandemias medievales.

Nuestra vida sigue. Con los altos y bajos de los momentos de una sociedad envilecida.

Los índices de violencia no descienden. Quienes trabajan para las células del crimen organizado o para los carteles internacionales continúan en operación.

Criminales de cuello blanco se esconden detrás de fondos culturales. Blanquean el dinero en los magnos edificios hongos de las grandes urbes.

La nueva normalidad en proceso de construcción debería dejar una lección permanente. El desarrollo sustentable de un planeta como retorno al humanismo. A la ética y a los valores en el hogar. No robar, no mentir y no traicionar. Nunca está de más recordarlos.