El dilema: ¿Desde dónde trabajar?

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Por David Somoza Mosquera

A las personas les gusta trabajar desde sus hogares. Los jefes quieren que regresen a la oficina. Aunque parezca simplista, así están las cosas en el ámbito empresarial-laboral en estos tiempos aún de pandemia. Empresas y empleados deshojan la margarita para decidir que es más conveniente no solo para uno de los bandos, sino para ambos. ¿Trabajar desde casa, regresar a la oficina o hay una tercera vía? Ese es hoy el dilema.

Ciertamente, hay una opción intermedia y es el trabajo híbrido, un modelo sobre el cual aún se debate su futuro. No todas las cartas están echadas para que sea el modelo definitivo que adopten las compañías. 

Por un lado, hay evidencias que sugieren que trabajar tiempo completo desde la casa puede hacer que los empleados sean menos productivos y el hecho de estar encerrados y aislados puede también afectar la innovación. El argumento sobre este último aspecto es que la innovación es un fenómeno colectivo que depende de la colaboración entre personas y de ese intercambio que se produce en espacios de trabajo. 

Los detractores del trabajo virtual advierten, además, que el aislamiento que esta modalidad lleva implícita reduce los puntos de contacto que tienen las personas con su trabajo. Contrario a lo que pasa en una oficina, donde constantemente se encuentran y hablan con otros empleados bien sea del mismo equipo o de otros departamentos.  

Sin embargo, también hay pruebas de lo beneficioso que puede resultar el enfoque híbrido. De hecho, una combinación de trabajo en el hogar y en la oficina puede ser la mejor solución para la productividad.

Incluso, sus defensores aseguran que el esquema híbrido se pueda aplicar en cualquier parte del mundo y eso sería también una de sus grandes ventajas, pues amplía el mercado laboral a niveles nunca vistos. Trabajar desde casa se vuelve lo mismo que trabajar desde cualquier país y eso le abre la posibilidad empresas de acceder a talento que antes no podían y formar equipos en diferentes partes del mundo sin problema.

Ahora, todo este debate se desencadenó con lo vivido desde 2020 cuando estalló la pandemia del covid-19. Los confinamientos que se vivieron en casi todos los países tuvieron un impacto sin precedentes en las oficinas y demás sitios de trabajo. 

De la noche a la mañana las compañías se vieron obligadas a realizar lo que se consideró un “gigantesco experimento”: mandar a su personal -sino a todos los trabajadores, sí a una gran mayoría- a trabajar desde la casa. De no haber sido por la crisis sanitaria, no habrían intentado el teletrabajo por su propia voluntad.

Pero lo cierto es que ocurrió y ahora la atención se concentra en qué hacer con la fuerza laboral a medida que avanzan los procesos de vacunación, independientemente de su velocidad de ejecución, y el regreso a “normalidad”. Se enfrentan al hecho de para los trabajadores el gran “experimento” les ha resultado bastante bien, independientemente de sus altas y bajas. 

Si bien adaptarse al nuevo régimen laboral no fue fácil para todos, especialmente para aquellos que vivían en apartamentos pequeños o con niños que iban a la escuela en casa, los empleados, por lo general, informan niveles más altos de satisfacción y felicidad. 

“Los encuestados sugieren que les gustaría trabajar desde casa casi 50% del tiempo, frente a 5% antes de la pandemia, y el resto en la oficina. Pero el comportamiento real de las personas sugiere que su verdadera preferencia es pasar aún más tiempo en pijama. ¿De qué otra manera explicar por qué, incluso en lugares donde la amenaza del covid-19 es baja, las oficinas están llenas solo en un tercio?”, señala The Economist en su artículo “The fight over the hybrid future of work”, publicado a principios de noviembre.

Así que a casi dos años de pandemia y cuando los países comienzan su proceso de reapertura y reactivación económica, está cobrando mayor fuerza el concepto de trabajo híbrido y aunque todavía estamos aprendiendo a adaptarnos a esta nueva realidad, algo sobre lo que no tengo dudas es que el trabajo flexible está aquí para quedarse.

El cambio se está produciendo y, aunque los detalles aún están definiéndose, estamos entrando en una nueva era del significado del trabajo. Para que las empresas puedan llegar al camino ´ideal´ que tanto anhelan es necesario probar distintas opciones y evaluar qué significa la productividad en cada compañía y cómo aprovechar la tecnología para mantener a los empleados en contacto y colaborando. 

Y como bien señala el portal Entrepreneur, la clave está en trabajar en la “adaptación, tanto de los procesos como de las personas, para lograr un modelo flexible y adecuado para todos. La revolución del trabajo híbrido ya comenzó y quienes se mantengan flexibles y tengan una mente abierta serán quienes más se beneficiarán de ello”. 

Ante ello, ¿ahora está más clara la respuesta al dilema? ¿Trabajar desde la casa, regresar a la oficina o adoptar el esquema híbrido? Ustedes dirán…