¿Se fugan los talentos en pandemia?

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Por David Somoza Mosquera

"Si aparece una oportunidad, me voy". Esta frase se ha vuelto común en estos tiempos entre el personal de las empresas. Y aunque pudiera pensarse que se trata más de una intención de irse que una fuga real, ya que debido a la pandemia las condiciones en todo mundo no son buenas, ese sentimiento no debería ser ignorado por las compañías que no desean perder su capital humano. 

Ya hay alertas. El IBM Institute for Business Value en su estudio de febrero, que incluyó a más de 14 mil adultos, revela que uno de cada cuatro empleados encuestados a nivel mundial planea cambiar de empleador en 2021, lo que sorprende tomando en cuenta que la economía global experimentó la pérdida, según la Organización Internacional del Trabajo, del equivalente a 255 millones de empleados de tiempo completo en 2020.

Así y todo, en plena emergencia sanitaria hay personas que se han replanteado la forma en que laboran: están dispuestas a buscar otras opciones de trabajo. Las razones son varias. Según la misma investigación, 28% de los empleados que quieren cambiar de empleador este año es por la necesidad de contar con un horario o ubicación de trabajo más flexible y obtener mayor remuneración, más beneficios y apoyo para su bienestar. 

De hecho, la difícil situación económica en muchos países, provocada en parte por la pandemia, y las pocas oportunidades de crecer dentro de una empresa llevan a profesionales a mirar alternativas no solo en otras compañías, sino también en naciones más “atractivas" por la baja incidencia del covid-19 y las políticas de atracción de inversiones. 

Pero esto no es nuevo. Solo que se ha acentuado en esta época. Los últimos años han estado marcados por una alta rotación laboral y la búsqueda de perfiles a la medida de cada empresa. El Informe Déficit de Talento y Desajuste de Competencias 2018 de Randstad Research muestra un interesante resultado: 55% de las compañías tenían dificultades para encontrar los candidatos que necesitaban. Eso aplica aún hoy, por lo que es importante cuidar al personal capacitado que se tiene.

No cabes dudas, entonces, que entre los retos que la crisis del coronavirus ha traído consigo al mundo empresarial está la retención del talento, lo cual ahora es más complejo, pues estamos viviendo un período de incertidumbre y cambios en la forma de laborar. Una muestra de ello es el teletrabajo.

Así que es necesario que las empresas adapten sus políticas y medidas para la gestión de talento basándose en la innovación y el desarrollo personalizado, tomando en cuenta que los empleados jóvenes piensan distinto a las anteriores generaciones y, por lo general, lo que buscan son experiencias que les permitan crecer.

Un análisis de Hexagone, aunque focalizado en España, arroja también luces sobre lo que está ocurriendo: 85% de los empleados se sienten más desmotivados en el trabajo hoy que antes de la pandemia. Los detonantes son la crisis económica y la incertidumbre laboral. Pero eso no es todo, la formación en las empresas se vio afectada en 80% con la cancelación de los planes en esa área y eso también tiene un efecto sobre el trabajador, para quien es importante mejorar profesionalmente.

Ante ello, no está de más que las compañías continúen, en la medida de las posibilidades, implementando sus planes de formación y capacitación como parte de una gestión macro para no perder su talento humano. Sin embargo, para lograrlo no existe un manual a seguir, sino algunas recomendaciones. Pero lo ideal es que cada empresa defina las estrategias en materia laboral que mejor se adapten a su misión y visión y, por su puesto, a esta contingencia. 

Aunque algunos argumentan que la movilidad es bastante puntual, sobre todo en posiciones vinculadas con tecnología y salud -a principios de este año LinkedIn informó que la demanda  de trabajadores tecnológicos y sanitarios experimentó un salto gigantesco en 2020 en comparación con 2019- siempre es clave para una compañía retener a su personal calificado y aún más en situaciones excepcionales como la que estamos viviendo ahora, en vista de que esto supone varias ventajas: la mejora de la productividad y tener una plantilla motivada y con una satisfacción alta.