Entrometido en Conversaciones Rockeras

Muchos de nosotros, nacidos antes de la mitad de los años setenta, recordamos aquellos hermosos días en que la música era más que un pasatiempo, era algo que nos marcaba, un modo de vida; la relación con nuestros artistas y grupos musicales favoritos fue casi enfermiza.

Durante muchos años, en México el gusto por la música de rock significaba un viaje cuesta arriba a la conquista de los discos difíciles de encontrar y que la mayoría de las emisoras de radio ignoraban, o quizá estaban impedidas para promover dada la “línea” generada por los intereses musicales preconcebidos y dirigidos sistemáticamente al gusto comercial principalmente desechable. 

En esos días, el poder tener esta inmediatez que existe actualmente de con sólo un click  accesar a la red y escuchar prácticamente a cualquier banda de música, antes era un sueño inconcebible; sólo los inmensamente ricos podían tener esa imposible colección de discos. 

Much@s de nuestr@s lector@s recordarán que la música era dictada principalmente por las estaciones de radio, que tocaban lo actual de la época, los éxitos del momento, artistas apoyados por programas de televisión y con presentaciones en vivo promovidas por los medios de comunicación visual y escrita, lo que se estaba vendiendo en ese momento.

Por lo anterior, era muy limitado el escuchar con facilidad todos los estilos musicales, razón por la cual mucho material discográfico encontraba su circulación casi de forma clandestina, en el contrabando o en tiendas muy específicas y limitadas, esto en la difícil travesía para encontrar esa música que generalmente las estaciones de radio no apostaban a que tuviera un público que la escuchara y por lo mismo la consumiera... con el tiempo se demostró que cometieron un grave error.

Siempre existe y existirá la música comercial, esa música hasta cierto punto es desechable, que rara vez formará parte de nuestras vidas y que sólo será una moda, qué será olvidada en cuanto los medios promuevan alguna otra tonada que quite de estar repitiendo la anterior, como un nuevo globo para un@ niñ@. 

Creo que podemos afirmar que antes la música tenía un valor mucho más preciado, porque encontrarla no era tan fácil y, particularmente en el caso de la música de rock en México, esta estuvo muchísimo tiempo contenida por eventos de rebeldía juvenil ocurridos en los años sesenta y setenta, que hacían ver a los fanáticos del rock como seres extraños y, peor aún, nocivos, como un claro ejemplo de lo que no debía hacerse.

Sin embargo ya existía una gran influencia de muchísimas bandas de rock extranjeras en México, que irremediablemente fueron cautivando a cada vez más escuchas con esa maravillosa música,  a muchísimas personas y por muchísimas horas,  en las cuales la dinámica de compartir música y conocerla fue a través de múltiples reuniones, fiestas, tocadas, con pláticas interminables escuchando discos y cassettes, grabando las canciones favoritas que comúnmente no eran las que pasaban en el radio.

Ese aire especial ocasionaba que nos diera un enorme gusto el poseer conocimiento musical específico, diferente al que la mayoría compraba, seducidos por el aparato comercial de las empresas disqueras.

Fue así entonces que en ocasiones había que esperar a que esos emisarios que viajaban al extranjero trajeran consigo los cargamentos de la mejor música producida con fórmulas no comerciales, preponderantemente artísticas que ya serían comentadas con reuniones con los radios apagados y los tocadiscos a todo lo que daban.

Fue en esos tiempos que aprendimos a valorar ese tiempo empleado en escuchar por completo un disco, prestándole atención, analizando detenidamente las portadas, las letras y dejando que nuestros sentidos apreciaran en toda su magnitud esos enormes trabajos artísticos, esas “joyas musicales” para posteriormente compartirlos orgullosos con nuestros amigos, compañeros de escuela, trabajo y familia; por supuesto también con todos aquellos interesados igual que nosotros, en esas locuras de las bandas de rock.

Y es precisamente ya en esta época digital en donde desde hace ya algunos años, en que con la finalidad de recordar esas grandes épocas, y esos orígenes indiscutibles de la pasión por el rock, es que surge “Conversaciones Rockeras”, una página de Facebook y de YouTube que hace ese esfuerzo titánico de detener el tiempo para continuar con esa estupenda costumbre de oír y compartir buena música, la nostalgia de  esos bellos momentos en que oímos discos y canciones por vez primera, los momentos históricos y quienes éramos y que hacíamos entonces, las bandas que nos gustan, los conciertos a que fuimos, lo que hicimos por conocer a los músicos o cómo nos hicimos músicos y cómo se fue formando el gusto rockero de muchísimos melómanos, de tantas batallas, muchas coincidencias, risas y anécdotas y muchas locuras, de lo que uno es capaz de hacer por su pasión rockera. Son historias tan reales que vale la pena recordar y compartir; y por supuesto para continuar compartiendo la mejor música del mundo tanto antes como ahora, que es el ROCK!!

Conversaciones rockeras

Bienvenid@ a Conversaciones Rockeras “donde hablamos de Rock en forma diferente”.

Únete y platica de tu pasión rockera y cómo fue que se liberó en cada uno de nosotros al kraken del Rock!!

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