Por Atzin Nieto
Hablar de rap mexicano es hablar de Aldo Villegas, mejor conocido como Bocafloja, uno de los pioneros y referentes a nivel mundial, con seis discos de estudio en su haber, quien ha sabido mantenerse y llevar su propuesta musical a otras latitudes en festivales internacionales y en colaboraciones con artistas de cualquier parte del planeta, lo que lo ha colocado como uno de los pilares fundamentales dentro de la cultura del hip hop en español.
Bocafloja, quién inició su carrera musical a mediados de 1990, primero como Speedy One formando parte de la agrupación Lifestyle (1996-1998) y posteriormente de Microphonk (1999) para después comenzar una carrera como solista.
“Esa época era parte de un proceso muy primario de gestación de mi proyecto artístico, básicamente estábamos jugando y experimentando sobre cómo se podía grabar o hacer una canción. Entonces, sacábamos esos demos de una forma muy desorganizada, aunque de una manera bastante orgánica en el sentido de querer hacerlo porque así lo entendíamos, aunque no teníamos alguna dirección concreta de lo que queríamos hacer con ese proyecto.
“Por eso siempre digo que, mi proyecto como tal es Bocafloja y empieza de una forma más formal en 2000. Todo lo que grabé de 1995 a 2000 creo que es como el inicio de la fórmula, tiene un valor afectivo, pero no tiene un valor artístico. Y no fue hasta 2005 que encuentro mi voz y mi camino porque estábamos aprendiendo sobre la marcha, sin mucha guía ni referencia directa. Al final del día es un reflejo del momento histórico. Ahora me encuentro en otro momento de mi vida, en otro espacio artístico y mi música refleja evidentemente ese proceso”, declaró.
EL RAP NO TIENE LA CULPA
Desde hace varios años, Bocafloja reside en Estados Unidos, donde ha explorado sus diversas manifestaciones artísticas sin dejar de lado el rap en español.
“En el contexto de Estados Unidos, creo que, en términos del movimiento del hip hop, no es uno sólo, no existe una sola escena, acá todavía es más profunda esa diversificación y esa multiplicidad de escenas culturales dentro del mismo contexto del género. He navegado y he fluido por muchas de esos panoramas, si el proyecto tiene calidad y buena ejecución va a sobreponerse a cualquier cosa. He sido afortunado de poder presentar mi música y compartir escenario con mucha gente importante.
“Lo importante es el fondo y no la forma, en términos del acercamiento artístico, sea música, cine y fotografía, pero mi motivación en un inicio fue el posicionarme como un artista interdisciplinario que en México estaba siendo complejo, porque yo estaba viviendo de la música y sentí que necesitaba otro tipo de espacios y posibilidades para expresarme. En ese sentido Nueva York me ofreció la posibilidad de poder proyectar mis iniciativas en otros espacios, a partir de ahí se generó un parteaguas en mi carrera para empezar a solidificar poco a poco las otras manifestaciones artísticas que he venido haciendo”, dijo.
RAPEO Y LUEGO EXISTO
Algo que hizo destacar a Bocafloja dentro de la escena del rap mexicano es su amplio conocimiento en cuanto a literatura e historia, por ello sus canciones están impregnadas con temas que van desde el amor y la fiesta hasta la migración y la descolonización.
“El rap como tal tiene una conexión inherente con un ejercicio discursivo y una práctica poética, es una forma literaria de alguna manera, el hecho de contar historias es una praxis que se alimenta necesariamente de la lectura, la experiencia de vida, el poder generar discurso, conocimiento a través de la utilización de la palabra de una forma útil para quien consume el proyecto. Siempre ha sido darle continuidad a esa tradición. La figura de la práctica intelectual dentro de mi rap siempre ha sido preponderante y lo seguirá siendo”, finalizó.
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