Por Carlos Meraz
Un par de proverbios definen la magia y creatividad escondidas en ese espacio-tiempo del crepúsculo al amanecer: “El día tiene ojos, la noche tiene oídos... El día es el padre del trabajo y la noche es la madre de los pensamientos”. Cuando reina el silencio es el momento idóneo para que Doña Macabra conciba —no el crimen perfecto ni mucho menos el conjuro de espíritus errantes— el instante adecuado para la creación musical, mediante el encuentro con entes fantásticos del imaginario popular.
El grupo mexicano de progre-pop —compuesto por Fortuna, bajo y voz; Chochi Sierra, batería y Nekro, guitarrista y productor— es un power trío noctámbulo en busca de la sonoridad, fusión y eclecticismo, con influencias de son y cumbias en su onírico mundo de alebrijes, plasmados en letras con una carga de ironía en su mayoría en español, pero también en náhuatl y hasta en chino.
“Es sobre un mundo mágico con reminiscencias prehispánicas orientadas al pop y con un negro sentido del humor.
“Tenemos una canción de ocho minutos, Llamaradas de petate, dividida en tres partes: pasión, consumación y fuego. Es una tropicalización de Dido, la primera reina de Cartago, incluida en el relato de la Eneida del poeta romano Virgilio, de cómo ella llega al inframundo a enamorarse de Eneas y se consume en la pasión”, explicó Fortuna.
EL SONIDO AL CAER LA NOCHE
Doña Macabra debuta con su álbum Kualkan, en náhuatl que se traduce como las horas previas al alba en las que vagan libremente brujas, nahuales y ajolotes, con ocho tracks entre los que destaca el sencillo Índigo, en alusión al azul brillante que tiñe al cielo cuando está por amanecer, en una propuesta experimental idónea para insomnes.
“Somos entes nocturnos con un estilo orientado a las narraciones fantásticas”, destacó Fortuna.
La banda de cinematográfico nombre, rinde así un tributo musical al filme nacional de humor y miedo dirigido en 1971 por Roberto Gavaldón y protagonizado por Marga López, en cuya trama al caer la noche el terror ronda en la misteriosa mansión de Doña Macabra.
