La actriz Diana Bovio encuentra el equilibrio entre carrera y vida personal

Foto: EFE

TORONTO.- La actriz mexicana Diana Bovio, que ha estrenado en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) su última película, "Amor y matemáticas", explicó a Efe que tras años de lucha, finalmente ha encontrado un equilibrio entre su carrera profesional y su vida personal.

Bovio, de 33 años, acudió a Toronto para presentar "Amor y matemáticas" junto con la directora del film, Claudia Sainte-Luce, y su coprotagonista, Roberto Quijano.

En una entrevista con Efe, Bovio, conocida por sus papeles en películas como "1974: La posesión de Altair" (2016) o "Solteras" (2019), reconoció que ha pasado por un momento de excesiva dedicación a su trabajo y su reto ahora es mantener un equilibrio entre su vida profesional y su vida personal.

"Estoy en un momento de mi vida en el que estoy encontrando el equilibrio entre mi carrera y mi vida personal. O sea, como que durante muchos años solo veía una cosa y era mi carrera. Y de pronto la carrera me consumió", explicó.

"Y sentía que ya no estaba viviendo mi vida por vivir mi carrera y dije: 'espérese tantito'. Y este año hice como tres películas empezando el año y luego dije déjenme descansar. Y me fui de vacaciones un mes", continuó.

"Y ahora que regreso a esta cosa increíble de Toronto y regreso al teatro ahora en noviembre, tengo un tiempo libre para dedicarlo a mí, a mi familia, a mis amigos. Entiendo que el reto es ese, el seguir enamorada y seguir igual de apasionada de mi carrera" dijo.

"Pero sin olvidarme de quien soy como ser humano. Creo que como que un buen rato lo olvidé y ahorita estoy en ese reencuentro conmigo misma", terminó señalando.

La actriz de Monterrey se mostró muy satisfecha por el estreno de "Amor y matemáticas" en el festival de Toronto, uno de los más importantes del mundo.

"Yo lo disfruté mucho. Estaba muy emocionada luego de ver la película por primera vez. Creo que fue como un 'shock' de lo de lo linda que está y de lo hermosa que se ve", declaró.

En el film, Diana da vida a Mónica, una mujer de clase media que se muda con su esposo e hija a una vivienda unifamiliar y descubre que su vecino, Billy Lozano (Quijano) es un antiguo músico del que estuvo enamorada cuando era una adolescente.

Sainte-Luce ha explicado que el largometraje es una crítica social de la nueva clase media mexicana y su uniformidad.

El film, con un humor sutil, rompe con la imagen tradicional del cine mexicano de los últimos años, tanto en su contenido como en su presentación.

Precisamente Bovio dijo a Efe que tras la proyección de "Amor y matemáticas" en Toronto, un espectador mexicano felicitó al equipo por crear "un producto mexicano aparte, tan distinto a lo que siempre se consume en México".