Por Carlos Meraz
La escritora, poeta, cineasta y activista estadounidense Suzuki Kassem advirtió: “La vida es como un piano. Las teclas blancas son momentos felices y las negras son momentos tristes. Ambas teclas se tocan juntas para darnos la dulce música llamada vida”.
En sus redes sociales, el cantautor malagueño Pablo López escribió previo a su visita a nuestro país: “Esta es la ropa que llevo para México (en alusión a sus partituras para piano)... hacer la maleta nunca fue tan bonito”.
“Soy un contador de historias que vende honestidad. He llegado a asustarme cuando termino un álbum y noto que ninguna canción habla del amor convencional, como en el anterior que trata de un gato y de una noche de copas con amigos. Al final una es un compositor de barra de bar que enmascara su romanticismo.
“Una vez fui a un concierto de Billy Joel y vi exactamente lo que esperaba cuando interpretó Piano Man y el público le hacía peticiones que él ejecutaba. Yo he trabajado en hoteles, durante cinco o seis años, estando sentado al piano y pasé por algo similar cuando la gente me pedía complacerlos con alguna canción”, explicó.
UN NIÑO RARO EN OT
Tras militar en su grupo pop Niño Raro, de 2007 a 2009, Pablo López probó suerte en la edición española del reality musical Operación Triunfo, donde terminó en segundo lugar y colmado de fama mediática, pero también efímera, se inspiró en sus principales influencias —Silvio Rodríguez, Alejandro Sanz y Paul McCartney, según admitió— y se lanzó como cantautor. Desde entonces ha grabado los álbumes Once historias y un piano (2013), El mundo y los amantes inocentes (2015), Camino, fuego y libertad (2017) y Unikornio, once millones de versos después de ti (2020).
“Famoso me suena como a leproso. Algunos me llamaron pesimista, pero asimilé que nada de todo ese glamour me pertenecía”, destacó.
Con su actual gira Piano y voz, que ya recorrió Guadalajara y Monterrey, Pablo López se presentará el 9 de junio, en la Glotonería de Querétaro; el 10, en la Sala Forum de Puebla y el 12, en el Lunario de la CDMX.
“Ya cumplí mi sueño de hacer un disco entero para Raphael. El siguiente deseo sería que la británica Adele me pidiera una canción”, concluyó.
