Piro Pendás, un poeta por la libre

Foto: @piro.pendas

Por Carlos Meraz

El poeta del romanticismo francés del siglo XVIII, Émile Deschamps, advirtió: “La poesía es la pintura que se mueve y la música que piensa”. En efecto, la medida y la cadencia son tan importantes en la composición de sonidos como en la de palabras, quizá por ello algunos músicos obsesionados con la retórica inevitablemente suelen incursionar en la escritura de poemas. Piro Pendás ya es uno de estos.

En su primera publicación Sentido contrario, Piro proyecta un componente literario tal y como si fuese un anatomista que con obsesivo oficio igual resquebraja huesos que disecciona órganos y músculos, en momentos con la sutileza de la precisión quirúrgica y en otros con la garra del rockstar, hasta llegar al anhelado destino del poeta: el alma, esa sustancia etérea del espíritu.

A lo largo de poco más de 40 años de un recorrido musical que arrancó con la primera alineación punk mexicana en Dangerous Rhythm y alcanzó su cenit con un rock desinhibidamente latino en Ritmo Peligroso, Piro ha puesto a bailar a varias generaciones y hoy, el camino cambia de ruta y se dirige a sus reflexiones poéticas sobre filias, fobias e inevitablemente hasta de pandemia.

Editado por la editorial independiente chiapaneca Ala Ediciones, Sentido Contrario es el primer ejemplar de la nueva colección Rock para leer, en un formato que alude a los viniles con sus respectivos Lado A, Lado B y hasta tres bonus tracks, material interactivo con códigos QR y prólogo de su colega Sabo Romo, bajista fundador de la banda Caifanes y artífice del proyecto Rock en tu Idioma Sinfónico.

Se presentará en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el 1 de diciembre a las 20 horas, en el Foro Arcadia, como parte del programa La otra FIL, y el 11 de diciembre lo escenificará con un concierto acústico e híbrido (presencial y streaming) en el Foro del Tejedor.

Al final, intentar definir una obra bajo el parámetro de inflexibles valores estéticos impuestos en otros siglos es una tarea tan estéril como ociosa, ya que como bien dijera la poeta, ensayista y crítica literaria, la española Beatriz Villacañas: “La poesía no explica al mundo, da fe de su misterio”.