Vladimir Nabokov y su poema del drama amoroso y sexual de Superman

Por Francisco X. López

El pasado 2 se marzo se anunció que un poema inédito del escritor ruso nacionalizado estadounidense Vladimir Nabokov fue descubierto en la Universidad de Yale. El hecho ganó notoriedad al revelarse que su tema era una hipotética relación sentimental y física entre Superman y Lois Lane.

Nabokov llegó a Estados Unidos en 1940 huyendo de la persecución nazi a los judíos y se estableció en Manhattan, donde trabajaba como profesor y entomólogo, lo cual le permitía llevar una vida sin preocupaciones, pero sin renunciar a continuar su carrera literaria.

Su trabajo le dejaba tiempo libre para escribir y educar a su hijo Dmitri, que gustaba del beisbol y los cómics, siendo Superman su personaje favorito. Nabokov leía a su hijo las aventuras del Hombre de Acero y, en una de ellas encontró la inspiración: El número 16 de Superman, publicado en mayo de 1942, mostraba a Lois tomando del brazo a Clark, mientras pasaban junto a la estatua de Superman, en el Centennial Park de Metropolis. Lois exclamaba: “Oh, Clark... ¿¡No es maravilloso!?!“; línea que se trasladó íntegramente como un verso, mientras que Clark sonreía con complicidad mirando directamente al lector.

En junio de ese año, el autor de Lolita —que publicaría 13 años más tarde— envió el poema The Man of To-morrow’s Lament (El hombre del lamento de mañana) a la revista The New Yorker, pero fue rechazado por el entonces editor Charles Pearce, quien lo consideró subido de tono e inadecuado para su público. El texto fue descartado y permaneció “perdido” durante 79 años.

En retrospectiva, no es de extrañar el tono que Nabokov dio a su poema. lo más interesante es cómo se adelantó a decenas de autores y analistas que, durante décadas, han explorado todos los detalles y variantes posibles de la imposible relación intima entre un kryptoniano y una terrícola.

Superman es su propio rival en el triángulo amoroso más complejo de la historia del cómic y más de un autor ha planteado esto como uno de los mayores conflictos del personaje. En 1962, el novelista Larry Niven, publicó el cuento Hombre de Acero, Mujer de Kleenex, en donde con lujo de detalles y un tono de comedia, especula sobre lo sexual entre Superman y Lois y sus consecuencias. Durante 40 años esto se obvió en los cómics, hasta que historias más serias y oscuras dominaron el medio.

“...cuando la acaricio con mis super visión, sus pulmones e hígado se ven claramente palpitantes, como criaturas de las profundidades, entre sus huesos tenues”.

En 1984 en el cómic Los ojos que todo lo ven, un experimento que busca replicar su visión de calor, causa que esta se mantenga activa en todo momento, convirtiéndolo en un peligro. En 1987, cuando hay un aumento en la intensidad de la radiación solar, Superman, no puede controlar sus poderes, empezando por su super visión.

“Soy joven y lleno de prodigiosa savia...a corazón porque el matrimonio sería un asesinato de mi parte... Pero incluso si esa ráfaga de amor perdona su frágil cuerpo, ¿qué hijos tendría?”.

En 1991, dentro de la historia Armageddon 2001, Waverider, el viajero del tiempo, ve un futuro posible donde Clark y Lane se casan, pero ante la imposibilidad de ella para tener hijos, ingiere unas píldoras experimentales de fertilidad. Una vez embarazada, cuando el feto da su primera patada dentro del vientre, la destroza por dentro, causándole heridas masivas y la muerte. En 2002, en la nóvela gráfica The Pro se narra la historia de una prostituta a la cual unos extraterrestres le otorgan poderes y se une a la Liga del Honor, un análogo de la Liga de la Justicia. Cuando The Saint, un émulo de Superman, le confiesa que por razones físicas no puede estar con la mujer que ama, esta le ofrece ayuda sin imaginar lo que provocará.

“...Kent, lúgubre y de anchos hombros, recoge su abrigo y pantalones del bote de la basura y guarda la capa de Superman... Miró hacia adelante anhelando ser simplemente un tipo normal”.

En 1985, Para el hombre que lo tiene todo, la flor alienígena Black Mercy sumerge el héroe en un trance donde vive su más preciado sueño, tener una familia en su extinto planeta Krypton. En 2001, el grupo Five For Fighting cantaba: “Puede que me moleste, pero ¿no concuerdas? Incluso los héroes tienen derecho a soñar. Sólo un hombre con una chistosa sábana roja, buscando cosas especiales dentro de mi”.

Todo lo anterior se generó cuando Superman era ya un ícono de la cultura popular y un símbolo tanto de lo encomiable como de los criticable de la ideología estadounidense; en cambio, cuando Nabokov escribió sus versos, su popularidad estaba en pleno despegue, pues acababa de pasar de los cómics al radio y a la animación, aún faltaban seis años para ver al primer actor encarnar al personaje. Esto sólo refuerza la idea de que los cómics son la mitología contemporánea y reflejando el modo en que nuestra sociedad ve el mundo y lidia, o pretende lidiar, con sus problemas.

Se necesita una visión y una sensibilidad especial para ser el primero en notar estos detalles, pero también no cualquier personaje tiene la importancia y la trascendencia para provocar estas reflexiones.

El poema se publicó por primera vez el pasado 5 marzo en Londres, en el Times Literacy Suplement.  https://www.the-tls.co.uk/