¿Avanza la 'bitcoinización'?

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Por Moris Beracha

Desde Estados Unidos emanan informaciones que podrían resultar contradictorias sobre la adopción del Bitcoin y las criptomonedas. Por un lado, la Reserva Federal de ese país (FED, por sus siglas en inglés) denomina el dinero virtual como “moda pasajera”, mientras que la senadora Cynthia Lummis tiene una posición muy distinta. 

Randal Quarles, vicepresidente del ente regulador estadounidense, ha señalado, en alusión a las criptomonedas, que “el entusiasmo por siglos de Estados Unidos por las novedades ha sido en su mayor parte beneficiosa”. Sin embargo, aclaró que ese entusiasmo, cuando “se junta con la susceptibilidad, igualmente estadounidense, a las novelerías y el miedo a perderse algo, ha conducido a veces a una suspensión masiva de nuestro pensamiento crítico y a modas o manías ocasionalmente impetuosas e ilusorias".

En tanto, Lummis, si bien desea que el dólar permanezca como moneda de reserva mundial, cree que Bitcoin está desempeñando un buen papel como activo de reserva de valor porque ofrece protección contra la inflación. No obstante, advirtió que depende de las leyes de Estados Unidos que el criptoactivo siga cumpliendo con ese propósito. “Queremos asegurarnos de que el Bitcoin pueda seguir sirviendo como una buena reserva de valor”, sostuvo.

Lo cierto es que, pese a las duras críticas de la FED, el Bitcoin y las criptomonedas llegaron para quedarse y eso, al parecer, lo tiene claro Lummis. Poco a poco las divisas digitales han ido labrándose camino en el contexto económico internacional, independientemente las advertencias que hacen organizaciones y algunos expertos en temas financieros.

Las criptomonedas son una oportunidad para la colocación de capitales en instrumentos novedosos y de comprobado retorno de la inversión a mediano y largo plazo. Y, de hecho, desde las propias ciudades estadounidense están surgiendo iniciativas.

Si bien los tráileres para minar Bitcoin ahora están prohibidos en Massena, una ciudad ubicada en el estado de Nueva York, donde las granjas rodantes para extraer la criptomoneda han abarrotado las carreteras, Steve O’Shaughnessy, un supervisor de la localidad, aclaró que “solo nos estamos asegurando de que si los mineros van a venir aquí, es mejor que se instalen en edificios bonitos y presentables”, según un reporte del canal de televisión WWNY-TV.

Massena es atractiva para los mineros de Bitcoin que están buscando nuevas zonas para continuar con sus actividades, debido al bajo costo de la energía eléctrica que ofrece el lugar, al tiempo de que las autoridades locales se muestran amigables con la minería. Simplemente se oponen a la aglomeración de contenedores en la vía pública.

Y qué decir de Miami, que quiere convertirse este mes de agosto en la primera ciudad en comercializar su propia moneda virtual, denominada MiamiCoin. De acuerdo con la página web oficial CityCoins, la criptodivisa tiene como propósito “apoyar a su ciudad y hacer crecer su tesorería criptográfica mientras obtienen rendimiento de Bitcoin BTC y Stacks STX”.

En este ecosistema de la economía digital global, Miami desea ser el nuevo Silicon Valley, para fomentar la libertad financiera, la innovación y los nuevos productos y servicios. 

Aunque, por ahora, la Alcaldía de Miami no figura en el proyecto, su regidor Francis Suárez ha declarado que “la ciudad de Miami podría terminar ganando millones de dólares como resultado de la popularidad de MiamiCoin, porque Miami se ha convertido en la capital mundial del Bitcoin”.

Entonces, ¿una moda pasajera? Los hechos, así como los 12 años que tiene el Bitcoin -en 2009 hizo su irrupción en las finanzas digitales- están demostrando lo contrario. Así que, insistimos, las criptodivisas llegaron para quedarse. ¿Avanza la “bitcoinización”? Todo apunta a que sí y no solo en Estados Unidos.