El 12 de octubre a través de la historia mexicana

Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México.- En conformidad con los movimientos de reivindicación social, desde hace algunos años, en diversas partes del mundo se ha pensado la historia Moderna desde otra perspectiva.

Por ejemplo, la celebración del 12 de octubre ha cambiado a lo largo de los años; ahora ya no se considera festejar este momento como el "Día de la Raza"; durante algunos debates públicos entre historiadores, se comenzó a pensar esta fecha como el "Encuentro de dos mundos". Esto, con conformidad con la socialización entre españoles y pueblos indígenas en el actual México.

Aunado a lo anterior, el gobierno federal y el capitalino han promovido cambios simbólicos y discursivos para aprehender la historia mexicana desde otra perspectiva; a saber, como una forma reivindicativa y de rememoración de los pueblos indígenas.

En este años se han celebrado eventos como el cambio de nombre del "Árbol de la Noche Triste", al "Árbol de la Noche Victoriosa"; el cambio de nomenclatura de la otrora avenida Puente de Alvarado a la calzada México-Tenochtitlan; conmemorar los 700 años de la fundación del señorío Mexica, los 200 años de la consumación de la Independencia de México; y, por último, reivindicar a los pueblos indígenas en el marco del 12 de octubre.

La Secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación anunció que este día, ahora será festejado como el Día de la Nación Pluricultural. Hace unos momentos, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció que ahora, donde estaba la estatua de Cristóbal Colón, estará la "señora de Amajac"; quien, de acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, fue una regente en la Huasteca Veracruzana.

La historia del "encuentro de dos mundos"

En los últimos años, estos movimientos de reivindicación política no han sido exclusivos de México, sino que también han ocurrido en Estados Unidos y en países europeos. Ahí surgieron manifestaciones sociales que expresaron repudio hacia las figuras que por muchos años fueron considerados como constructores del mundo moderno.

Por ejemplo, en Inglaterra, Holanda y Estados Unidos, han sido derribadas estatuas de colonizadores, propietarios de esclavos o religiosos que participaron en acciones contra los pueblos indígenas en diversas partes del mundo.

Estos movimientos apelan a contar la historia desde los grupos sociales que fueron sometidos por los colonizadores, que, en su mayoría se expandieron desde Europa occidental hacia zonas africanas, asiáticas y americanas. Este fenómeno se suscito, grosso modo, desde el siglo XVI al XX. En dicho lapso, el modo de producción mundial se configuró en su forma capitalista; misma que actualmente continúa siendo determinante para el desarrollo histórico social.

Aunado a lo anterior, el 12 de octubre se toma como fecha para recordar la llegada del navegante genovés, Cristóbal Colón, al actual continente americano en 1492. En aquel entonces arribó a la actual zona del Caribe, donde, junto con su tripulación, se encontró con poblaciones autóctonas que tenían un modo de vida plenamente identificado.

Sin embargo, los códigos sociales y culturales de los pueblos autóctonos diferían respecto de los europeos que arribaron a tierras caribeñas. A finales del siglo XV y principios del XVI la configuración geopolítica y socioeconómica del mundo comenzó a cambiar y, Europa occidental comenzó a despuntar como la potencia política global, sustentada por el modo de producción capitalista.

De ello, se entiende que para proveer a este modo producción de mano de obra, se requerían de sujetos que no fueran propietarios de medios de trabajo, en un contexto Europeo. Ante ello, los exploradores americanos comenzaron a sojuzgan a distintos pueblos del actual continente americano para introducirlos en las cadenas de producción regionales y mundiales.

La confrontación entre españoles y mexicas

Con el paso del tiempo, más europeos se expandieron por el mundo, y los españoles fueron quienes arribaron al actual territorio mexicano. A su llegada a la Cuenca de México, los españoles, encontraron al señorío Tenochca, conformado por los mexicas. Esta sociedad tenía un desarrollo política y jerarquizado, en tanto, los sustentantes del poder político tenían la fuerza suficiente para sojuzgar a otros pueblos nahuas.

Aunado a lo anterior, cuando se organizó la guerra contra el señorío Tenochca, entre las huestes de Herrán Cortés y otros pueblos, como Tlaxcala, el centro político, social y económica de los mexicas fue derribado.

Cuando comenzó a surgir la nueva sociedad, sustentada en la Nueva España, se organizaron diversos mecanismos políticos que conjuntaron modos de ser nahuas y se generó un sincretismo cultural entre las poblaciones indígenas y los españoles.

La historia social y política novohispana indica en diversos sentidos que, las poblaciones indígenas tenían representación política y podían conformar sus propios cabildos; esto, con base en la República de Indios, institución que perduró varios siglos en la otrora Nueva España.

Los indígenas en el México moderno

Si bien es cierto que en tiempos novohispanos hubo diversos movimientos que contravinieron a los pueblos indígenas; también cabe señalar que el sometimiento político de estos pueblos recrudeció después de la Independencia de México.

Cuando comenzaron los movimientos por fomentar la figura del ciudadano, algunos pueblos indígenas fueron perdiendo sus formas de representación política que aún tenían como resabios de tiempos de la Nueva España.

Ejemplo de lo anterior, fueron las Leyes de Reforma de 1857; donde comenzó la desamortización de bienes; esto significó el despojo de muchas comunidades que se quedaron sin medios de subsistencia.

A lo largo del siglo XX, después de la Revolución mexicana, la firma de la Constitución de 1917 y la consiguiente formación del Estado mexicano actual; la situación de las poblaciones indígenas a cambiado poco.

Actualmente, tienen poca representación política y sus demandas no son escuchadas; las confrontaciones con el gobierno mexicano y con las empresas extractivistas que se adueñan de sus tierras para fines particulares continúa siendo un severo problema nacional.

Es por ello que, si bien, el gobierno actual fomenta cambios simbólicos en la manera de pensar la historia mexicana, en favor de reivindicar a los pueblos indígenas, aún queda mucha labor política por realizar.