Morena suelta la caballería en la CDMX con Martí Batres en la Secretaría de Gobierno

Foto: Cuartoscuro

Por Pablo Luna Luna

El enroque que anunció este lunes Claudia Sheinbaum, colocando a Martí Batres Guadarrama como secretario de Gobierno de la CDMX y manteniendo a Alfonso Suárez del Real como jefe de Oficina de la Jefatura de Gobierno, responde a una estrategia política ante el bloque opositor de alcaldes.

Y aquí que nadie se sienta menos, pero hay que decirlo como es: al ex secretario Suárez del Real -un tipo inteligente a todas luces- le sobra diplomacia, mientras que para muchos Martí Batres es un “militante” en un sentido estricto y para sus detractores incluso es hasta un “porro” de los más radicales de Morena y por ello apuestan a su capacidad de operación política.

Con el nuevo escenario planteado por el bloque del PRI, PAN y lo que aún queda del PRD en la capital mexicana, sin olvidar claro a Movimiento Ciudadano; para Morena la política interna de la CDMX requiere un alfil que presione y contraataque la propaganda negativa que se ha gestado a su alrededor.

Como lo intentaron desde el ámbito federal, sin éxito, el bloque opositor buscará estrategias legales que le permitan operar programas sociales, así como el presupuesto de egresos a su favor y aquí es donde entra una figura que pueda cortar esa aspiración desde el ámbito legal, con la visión de la militancia del partido en el poder y que reporte al mismo tiempo a Palacio Nacional.

Reiteramos: Mientras a Suárez del Real le sobra diplomacia, Martí Batres es más radical apegado a la doctrina del ala de izquierda de Morena, aunque su vida y relaciones personales sean más de centro. 

Auto proclamado “candidato natural de la izquierda” durante la contienda interna del PRD a la jefatura de gobierno en 2012 (la misma que ganó Miguel Ángel Mancera), es un hecho que Martí Batres llega no para asistir a Sheinbaum, sino para reforzar el partido desde la grilla.

Es un hecho también que, Martí Batres podría o de hecho opacará la labor de Sheinbaum y sus aspiraciones presidenciales en 2024, al mismo tiempo que construiría su propia figura para suceder “de manera natural” en los próximos tres años a la jefa de gobierno.

Morena no se puede permitir otra derrota en la capital mexicana y ha soltado la caballería, o la corriente radical si así lo quieren llamar, también en la vocería con Sebastián Ramírez Mendoza, un tipo que de medios no sabe mucho, pero sí le entra duro a la grilla dentro y fuera del partido.

Quienes sin duda estarán atentos a estos cambios son Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, dos personajes que han tratado “un poquito mal” a Martí Batres y que pertenecen a otra corriente del mismo partido. Veremos.