Ricardo Monreal, viejo lobo de mar, SÍ VA

Foto: Cuartoscuro

Por Pablo Luna Luna

En la mañanera del lunes el presidente López Obrador mencionó a algunos posibles presidenciables de Morena para 2024. De inmediato llamó la atención que faltara el nombre del senador zacatecano Ricardo Monreal Ávila.

De inmediato Twitter ‘se prendió’, el nombre del senador Monreal se hizo tendencia por algunos minutos y muchos opinadores de la red social hacían hincapié en que el presidente no lo mencionara, como sí lo hizo con Tatiana Clouthier, Marcelo Ebrard y hasta el ausente ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, entre otros.

La pregunta inmediata ¿Hay un divorcio político entre el presidente y el líder de Morena en el Senado? La respuesta es más que obvia: NO. Y para ponerlo en claro: Ricardo Monreal es un viejo lobo de mar, con un colmillo largo que conoce y sabe manejar los tiempo políticos y electorales, tal como lo demostró en 2018, cuando ‘cedió’ sus aspiraciones a la jefatura de Gobierno.

Recordemos: Monreal aspiraba a ser jefe de Gobierno, compitió contra Claudia Sheinbaum en la contienda interna, pero el dedazo ya estaba marcado desde antes. Con el visto bueno de los dos hijos mayores del presidente y una parte de Morena, integrada por ex compañeros de gabinete de Sheinbaum cuando fue secretaria de Medio Ambiente, los dados estaban cargados.

Lo sabía Monreal, pero así compitió. Lo sabía el senador zacatecano, pero mostró su músculo político. Lo sabía, pero jugó su juego, tiró sus dados y negoció el liderazgo de la bancada de Morena en el Senado, así como su sucesión con un comodín que le cuidara las espaldas tras su salida de la Alcaldía Cuauhtémoc y ese comodín fue Néstor Núñez.

Tal fue la influencia de Monreal en su sucesión que incluso mantuvo a buena parte de su equipo principal trabajando y operando en la alcaldía. Ya fueran zacatecanos o de Nuevo León, Monreal Ávila dejó encargadas con Néstor Núñez a varias personas de su confianza mientras el migraba hacía el Senado.

Una vez en el Senado, Monreal Ávila se ha convertido en un mediador, en un vocero y en una especie de guía para los proyectos y reformas que desde el Ejecutivo se han propuesto. De carácter afable, con un manejo emocional que le permite tener el as bajo la manga sin delatarse, ‘El Doctor’, como le llaman sus colaboradores cercanos, es una carta visible para Morena rumbo al 2024.

El hecho de que el mandatario mexicano no lo mencionara entre los primeros cuatro nombres, no significa que el zacatecano este fuera. Monreal ya demostró su fuerza de convocatoria al contradecir a la dirigencia de Morena en la pasada elección y tras oponerse a la candidatura de Dolores Padierna, logró colocar (por medio del PRI) a una de sus incondicionales como virtual alcaldesa en la Cuauhtémoc.

Sin hacer leña de la tragedia, sin duda Monreal queda mejor colocado en imagen pública que Ebrard o Sheinbaum, que arrastrarán el tema de la Línea 12 del Metro. Es el único de los presidenciables que ha hecho un llamado a la unidad de Morena y tiene el reconocimiento de las bases, aunque también se sabe que no es un político maleable y ese podría restarle puntos con AMLO y sus hijos.

De lo que no hay duda es que, con un PRI desgastado, un PAN que pelea por su unidad interna, una tercera vía llamada Movimiento Ciudadano y el PRD que aspira a no desaparecer, Morena tiene el empuje para volver a ganar la presidencia en 2024 y en Monreal una de sus mejores cartas. Resta ver de qué lado se pronuncian los hijos del presidente, que son quienes detrás del partido en el poder, aún mantienen su voz y voto, aunque el presidente diga que “son otros tiempos”.