Colilla de cigarro

Por David Jáuregui

Espía durante un rápido vistazo, con lo que alcanza a memorizar todo lo que está adentro. La silla de respaldo alto, el escritorio de madera oscura, el estante donde se alojan las herramientas e inventos del profesor de electrónica. Se arrepiente de su decisión. A punto está de irse, cuando una bocina intercambia el mutismo por canciones tristes de otra época. 

Carajo, ahí está este güey y no me di cuenta, piensa el tipo, mientras que aterrado se parapeta en el borde izquierdo de la ventana. Permanece rígido, tratando de exudar su miedo en el mayor silencio posible. La curiosidad, impertinente como siempre, lo obliga a echar otra mirada. Desde el filo vertical, lanza un ojo a su antiguo profesor de soldaduras, resistencias y aparatos. 

Lo observa, se ve abatido. Tiene la parte trasera de su testa echada en el borde superior del respaldo, el cuerpo quiere distenderse hacia el sueño. Da un tanto de lástima. El voyerista en la ventana no sabe si reclamar (¿reclamar qué cosa?, a todo esto), irse por la paz, pedirle amablemente que le dé clases o lanzar una piedra por el cristal y meterse a darle un abrazo. Todas son opciones válidas, prácticas e imprácticas en igual medida. https://ipstori.com/munchip/33

Tags