Hacer memoria

Por David Jáuregui

Dos hermanos miran el polvo en la banqueta. Garabatean bajorrelieves en la tierra suelta. Uno escucha música, el otro acaba de llegar. El menor y el mayor, respectivamente. Ambos esperan a alguien que les cambiará basura por dinero ―¿los desechos de uno son tesoros para otro?―. 

El menor está resentido por unos malos modos que el grande le ha tenido recientemente, quien por cierto ni se entera. El mayor, ingenuo, sin ver el resentimiento que esconde el otro tras sus auriculares azules, le pregunta si se acuerda de cuando el padre se jaló del otro lado, por allá cuando eran niños. 

Con un deliberado exceso de dramatismo, el menor reubica su mirada del suelo a su hermano. Alza la mano como si quisiera que se notara cada fotograma. Toma con delicadeza una de las orejas cian de sus auriculares y la recorre lentamente hasta detrás de su testa. Todo esto para decir: “No me acuerdo”. 

Después de un “haz memoria, pendejo”, los hermanos discuten. La partida del padre, más allá de suscitar nostalgia o rencor, ahora crea discordia. Uno dice que era muy chico para recordar; el otro le contesta que no sea tarado, que bien se acuerda. Probablemente, el menor solo está aferrado a no concederle nada a su hermano, aunque sea cierto que era muy pequeño como para tener memoria del primer día en que el padre se fue del otro lado. Lo único que recuerda es que nunca volvió.  https://ipstori.com/munchip/28

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