La rosa que sopla

Por David Jáuregui

Y si te sientes perdido / Con tus ojos no has de ver / Hazlo con los de tu alma / Y encontrarás la calma / Tu rosa de los vientos seré.[1] Una banda española de folk, power, heavy metal, toca en el otrora Distrito Federal el 5 de mayo en 2006. El disco es Barakaldo; la banda, Mägo de Oz. 

De alguna manera interesante, este grupo se volvió, en este lado del Atlántico, una suerte de común denominador en todas las descargas y reproducciones de música de los nacidos al final del siglo. La banda española dirigió sus vientos hacia Latinoamérica y fue bien recibida.

Hay que admitirlo, al principio éramos los niños rata y los apestados (otakus, emos, metaleros, hardcores, gamers, ñoños, etc.) quienes cargábamos sus canciones en nuestros emepetrés y iPods. Pero en cuestión de años, Mägo de Oz se volvió un ícono de pubertos y adolescentes en la primera década del 2000 y, como eco, en la siguiente. (Hagan la prueba, pregúntenle a su millennial de confianza por Molinos de viento.)

Los versos mencionados al Septentrio de este Munch-ips son el coro de la canción "La Rosa de los Vientos", de Mägo de Oz. Y así como se discute al Auster, esos versos muestran cómo viento, dirección y alma son conceptos tan intrincados como los rombos de una rosa de los vientos. 

Documentada a partir del siglo XIV, la rosa de los vientos es un símbolo cartográfico que representa al observador en el centro y a toda la circunferencia que el horizonte forma alrededor suyo. En el papel, los cuatro triángulos más grandes que la atraviesan son el equivalente gráfico de los cuatro rumbos principales que se podrían tomar: Este, Norte, Oeste y Sur.    https://ipstori.com/munchip/18

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