Original y copia

Por David Jáuregui

Para Ximena Sigüenza.

Es un estira y afloja entre tus ojos desconcertados, molestos, y la mirada acusadora detrás del cristal. Te recibe tus documentos de identidad, los observa y, ahora, además de la mirada acusadora, hay una voz desprovista de características: Se necesita original y copia, joven, te dice. ¡Pero si sólo quiero pagar mi multa!

Sales del edificio gris quejándote de “ese burócrata” que no te permitió saldar tu deuda. Como si burócrata fuera despectivo: es uno más, es invisible, es tan reemplazable que su condición de trabajador del gobierno —¡y encima de todo, es del gobierno!— es el mejor insulto posible. No importa que sea la burocracia la que, de hecho, sostiene al país. Es un bu-ró-cra-ta. 

Hasta la palabra es tediosa. Resoplas. Se te pasa el enojo cuando pasas frente a una tienda de ropa. Detienes tu paso: llegó la nueva temporada. Te imaginas con ese abrigo tan elegante, o con ese pantalón tan realzante. Darte el gusto, sin embargo, dependerá de la fecha. Si las novedades llegaron hace varios días, seguro ya habrá quienes tengan la pieza que quieres. Dudas si entrar. Es complicado tratar de mantenerse a la moda, sin terminar siendo una copia. ¿Pero qué tan distintas son las modas de las copias?  https://ipstori.com/munchip/10
 

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