Por Francisco X. López
En 1942, Estados Unidos estaba inmerso en la guerra, los hombres eran reclutados y las mujeres tomaron su lugar en las fábricas. Las tiras cómicas basadas en mujeres se triplicaron, las bombarderas y comandos femeninos luchaban contra los enemigos de la libertad y vivían mil aventuras. Brenda Starr estaba cambiando la manera de ver a las trabajadoras, pero, ¿de qué servía la aventura sin el romance?
Era más independiente que Lois Lane, quien siempre estaba siendo rescatada por Superman; resolvía sus propios problemas, tenía coraje, agallas e ingenio y siempre evitaba cubrir los eventos sociales para buscar historias emocionantes en lugares fuera de lo común.
Décadas antes que Mary Richards o Murphy Brown, Brenda Starr mezclaba estilo y controversia mientras pasaba de una aventura emocionante a otra. Sus extravagantes tramas incluyeron innumerables acrobacias que desafían a la muerte, convertirse en miembro de una pandilla de chicas y escapar repetidamente de los secuestradores.
El éxito fue tal que en 1945 debutó en el cine con su propio serial de 13 episodios. La serie se intento adaptar a la TV en 1976, sin éxito, y su última aventura en el cine fue en 1989, interpretada por Brooke Shields y adelantándose al boom de otras producciones como Dick Tracy, Batman, Swamp Thing, Punisher y Las Tortugas Ninja. Además tuvo sus propios cómics en 1948, 1955 y 1963.
Su autora Dale Messick se enfrentó toda la vida a sus detractores. quienes señalaban a Brenda por estar demasiado bien vestida o demasiado concentrada en “capturar” al apuesto hombre misterioso para tomar en serio su trabajo. Siempre que mostraba un escote o el ombligo, era censurada. Fue prohibida en Boston por mostrar a Brenda fumando y criticada por el movimiento de liberación de la mujer por estar más interesada en el amor y la moda que en las controversias del momento.
Brenda Starr fue quizás último testigo vivo de la Era Dorada de los cómics, allanando el camino para las heroínas de acción y convirtiéndose en un modelo a seguir para jóvenes lectoras que deseaban ser una periodista o seguir carreras independientes. En los años 50 era llamada la reina de las tiras cómicas y cuando se casó en 1976, el presidente Gerald Ford la felicitó personalmente.
Messick se retiró de la tira en 1980, pero ésta continuó hasta 2011. En 1991 formó parte de un documental sobre las mujeres historietistas. En 1995 el Servicio Postal de EU imprimió un sello conmemorativo, reconociéndole como uno de los 20 personajes más importantes de las tiras cómicas. En 1997, la National Cartoonists Society le otorgó un premio por su trayectoria.
Messick, la dibujante más importante del siglo XX, la Primera Dama de los Funnies, falleció en 2005 a los 99 años de edad, y aunque su recuerdo se ha desvanecido, su influencia permanece presente en un medio en el que cada día, afortunadamente, hay más presencia de las mujeres.
