Por Francisco X. López
El 6 de enero se dio a conocer que entre un lote de historietas viejas, apareció el número 23 de Los Hombres X, publicado por La Prensa en 1967. Este ejemplar de por sí es valioso por la antigüedad, lo difícil de conseguir y por ser reimpresión de el trabajo de Stan Lee y Jack Kirby; lo notable del caso, es que el cómic tiene un sello que dice: Hemeroteca Nacional México.
Como mencioné en la entrega anterior, este material rara vez llega al mercado abierto, ya que es ofrecido directamente a los coleccionistas; de ahí la importancia del hecho, pues permitió documentar la sustracción de material propiedad de la hemeroteca.
En el círculo de lectores y coleccionistas, la noticia corrió y más de uno pidió datos sobre la procedencia del ejemplar, ante lo cual se dijo que lo importante era encontrar el mecanismo para devolverlo y, sobre todo, que las autoridades reconocieran el problema.
Después de una serie de pláticas entre coleccionistas, los cuales pidieron mantener el anonimato, me enteré que este cómic formaba parte de un tomo en el cual se encontraban al menos los primeros 25 números de la serie y que estos ya llevaban algún tiempo circulando entre los coleccionistas y habían sido revendidos al menos en un par de ocasiones.
Los cómics editados por La Prensa son muy valorados y llegan a cotizarse en varios miles de pesos, dependiendo del título y las condiciones en que se encuentre. El número 1 de Los Hombres X en buenas condiciones se ha vendido hasta en 20 mil pesos o su equivalente en Sudamérica, donde hay grandes coleccionistas. El número 1 que pertenecía a este tomo, se vendió en cerca de 2 mil pesos, a partir del numero 5 el precio baja hasta los 500 pesos.
Esto sólo hace que el robo sea más escandaloso ya que material clásico e histórico, al cual cualquier lector debería tener acceso es malbaratado en beneficio de algunos revendedores que en varias ocasiones terminan ofreciéndolo a compradores extranjeros.
Sólo para comparar, la edición estadounidense se subasto recientemente en 492 mil dólares, pero en descargo de estos precios exhorbitantes, debe reconocerse que estas historias han sido reimpresas en numerosas ocasiones y cualquiera puede obtener una copia, además de estar disponible en formato digital, por lo cual la lectura y consulta de este material está prácticamente garantizada para todo el mundo.
Como punto casi final de esta historia debe señalarse que las autoridades de la hemeroteca fueron enteradas de este hecho y van a proceder a reincorporar este único cómic a su colección, previo protocolo de identificación y certificación, para determinar que efectivamente alguna vez fue parte de su acervo.
¿Sentará precedentes este caso? Es muy pronto para decirlo, sobre todo porque en México no existen, hasta ahora, verdaderos proyectos de conservación y difusión de la historia de la historieta, salvo algunos casos aislados, los cuales se mantienen gracias a esfuerzos individuales y de algunas instituciones, pero este, será tema de otra Historia Imaginaria.
