Santa Claus también es un superhéroe

Foto: Especial

Por Francisco X. López

Hay personajes con una presencia universal, cuya imagen y significado han trascendido sus raíces locales.

Roman Guern, el historiador de medios de comunicación, apuntaba que prácticamente cualquier persona en el mundo puede reconocer a Superman, Mickey Mouse y Robin Hood. A estos habría que sumar al alegre gordito esperado por millones de niños en la madrugada del próximo sábado.

Aún cuando su origen histórico está bien documentado, con el paso de los siglos, el obispo Nicolás de Myra pasó de tener una fama local a ser canonizado y extender su devoción a varios países de Europa.

En el siglo XVII, con la migración holandesa a las colonias inglesas en América, la celebración de Saint-Nicolaas o Sinterklass fue una de las costumbres que se incorporaron a la cultura norteamericana.
Washington Irving, el famoso político, historiador y escritor, deformó el término neerlandés y creó el nombre Santa Claus (una adaptación fonética) para la edición revisada de 1812 de su libro Historias de Nueva York.

Para mediados del siglo XIX, Santa ya era un personaje más o menos popular en Estados Unidos y su imagen moderna había sido definida por el caricaturista Thomas Nast.

Curiosamente la primera aparición de Santa Claus en un cómic fue en 1915 en Inglaterra en el número 98 de The Rainbow, uno de los primeros magazines a todo color y fue hasta 1934 que debutó en un cómic book norteamericano, el Famous Funnies #5.

Para 1940 obtuvo su propia revista, Santa Claus Funnies, la cual tuvo un sólo número, pero ese mismo año apareció junto al Hombre de Acero en Superman’s Christmas Adventures, un número especial que se distribuyó en varias tiendas departamentales. En la historia, Superman le muestra a un niño rico y malcriado el valor de los regalos para los menos afortunados, mientras que un par de ambiciosos comerciantes tratan de convencer a Santa de trabajar para ellos y vender los juguetes en vez de obsequiarlos.

A partir de entonces el héroe de la Navidad ha compartido aventuras con prácticamente todos los personajes importantes de las grandes editoriales, estableciendo su fama años antes de que la Coca-Cola le convirtiera en su estandarte publicitario en la década de 1950.

La Navidad no es sólo una celebración religiosa o comercial, también se ha convertido en el blanco de malhechores de todo tipo, quienes ven a Santa Claus como un enemigo. El mismo Conejo de Pascua contrató a Lobo, el cazarrecompensas para acabar con el gordito; mientras que Plastic Man reveló que el barbón formó alguna vez parte de La Liga de la Justicia e incluso se ha dado el lujo de dejarle un pedazo de carbón al mismísimo Darkseid por ser el más mal portado del universo, pues el poder del hombre del traje rojo está por encima de los nuevos dioses.

Marvel Comics, por su parte, presentó a Santa como una energía espiritual, la manifestación física de la generosidad, aunque otra versión le estableció como el mutante más poderoso, capaz de derrotar a los X-Men y a la Hermandad de Mutantes Malvados al mismo tiempo.

Cientos de historias y versiones se han creado alrededor de Papá Noel, pero todas tienen algo en común: siempre es mejor dar sin esperar algo a cambio.

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