Por Óscar Reyes
@18versatil
Este año es especial para La Academia, ya que cumple 16 años después de su estreno el 30 de junio del 2002. Su regreso a la pantalla chica tiene diversas expectativas por parte del público que busca un contenido diferente en los reality show.
Su nueva edición, que es la número 11, también marca el regreso de Adal Ramones a la televisión, ya que dejó su antigua casa Televisa para ingresar a las filas de TV Azteca como conductor del programa.
Después de seis años de no estar presente, también regresa Arturo López Gavito, juez que ha sido parte de diversas ediciones anteriores que junto con Horacio Villalobos serán los personajes incómodos del programa.
Si la televisora del Ajusco busca tener un rating con base a las groserías del jurado creo que va por mal camino, porque solo demuestra que esta nueva edición de La Academia no tiene nada nuevo que ofrecer si de artes escénicas, canto y tablas se trata.
También está Edwin Luna de La Trakalosa, un cantante que tuvo su despunte el año pasado, pero que seguramente pocos saben de su existencia si no están involucrados con la música del regional mexicano y por último Edith Márquez, podría considerarse como la juez más sensata, ya que su potente voz da muestra de la maestría que tiene.
Tal parece que hay muchas caras conocidas dentro de la transmisión, esto puede hacer que el público se sienta dentro de un ambiente familiar, pero puede que se aburra de ver “lo mismo cada fin de semana”.
En esta primera transmisión se sumó la cantante Cynthia Rodríguez, quien participó en la tercera edición obteniendo el cuarto lugar. La Academia no debe perder su objetivo, que es desarrollar talento y no lucrar con las historias de vida de sus concursantes.
Claro que hay cosas buenas, Adal Ramones cuenta con experiencia dentro de la conducción, Cynthia Rodríguez es sin duda un ejemplo de que se pueden alcanzar los sueños (es protagonista de "Educando a Nina"), pero no bastará con ventilar la vida de los 15 participantes que solo buscan triunfar.
