La pérdida del patrimonio (Primera parte)

Por Francisco X. López

Una idea generalizada es que el conocimiento y la historia de una sociedad se encuentra resguardado en las bibliotecas, pero los acontecimientos diarios, la vida cotidiana, los pequeños detalles que retratan y documentan la convivencia y la idiosincrasia de un pueblo se encuentran en las hemerotecas.

La Hemeroteca Nacional de México, fundada en 1944, es el repositorio de todas la publicaciones periódicas de nuestro país y aunque su fama se debe a las colecciones de diarios, revistas científicas y otras obras, entre los lectores de cómics es bien sabido que ahí se encuentra, o se encontraba, la mayor colección de historietas de México.

Durante más de siete décadas, las editoriales han entregado una copia de todas y cada una de sus ediciones, construyendo un tesoro invaluable para los interesados en el estudio formal del medio.

Tristemente, el cómic sigue teniendo menor importancia para las autoridades y por ello la documentación, clasificación y preservación de este acervo se ha dejado un tanto de lado.

Es un secreto a voces y un tema bien conocido ente los aficionados que, al menos desde los años 90, una parte importante del material “resguardado” en sus instalaciones ha desaparecido, sin que las autoridades hayan denunciado o iniciado proceso alguno de investigación.

Los primeros casos conocidos se dieron cuando algunos de los fans que comenzaban a realizar tesis y trabajos de investigación relacionados con el cómic, acudían a consultar material de principios del siglo XX, el cual se encontraba relacionado y catalogado en la base de datos, pero físicamente no existía. Al principio no pasó de un simple chisme entre la comunidad comiquera, pues eran pocos los interesados en leer los Pepines, Paquines y Chamacos.

Pero, con el tiempo trascendió el dato de varios de los volúmenes faltantes, principalmente publicaciones de los años 30, que eran muy apreciadas por el entonces reducido círculo de coleccionistas. Aunado a esto, algunos años después se supo que estas historietas contenían las primeras versiones en español de varias series clásicas de la edad dorada del cómic norteamericano, principalmente Superman y Batman, así como varias de las tiras cómicas mas exitosas de la época.

Entonces, todo iba adquiriendo sentido. Este material era sumamente valioso para aquellos dispuestos a venderlo y sobre todo, a comprarlo; pero lo más grave del asunto era que la sustracción de estas revistas no era sencilla pues, por lo general, se encontraba en volúmenes empastados, por lo cual el sacarlos de las instalaciones de la hemeroteca implicaba una serie de omisiones y negligencias.

Para quienes conocían de estos caso, todo se limitaba a la indignación, pues quedaba claro que todo ese material es patrimonio cultural y como tal debe ser protegido con un rigor similar al resto de lo guardado en la institución. Actualmente no se sabe con exactitud la cantidad de historietas que han sido robadas.

Apenas comenzando 2021, surgió otro caso que sólo incrementa el tamaño de este delito y del cual hablaré en la siguiente entrega.

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